25 agosto 2019

La generosidad del lector


 La relación primordial entre escritor y lector presenta una paradoja maravillosa: al crear el papel de lector, el escritor decreta también su propia muerte, puesto que, a fin de que un texto se dé por concluido, el escritor debe retirarse, dejar de existir. Mientras esté presente, el texto sigue incompleto. Sólo cuando el escritor desaparece cobra existencia el texto. Llegado ese momento, la existencia del texto es silenciosa hasta que el lector lo lee. Sólo cuando ojos capacitados entran en contacto con los signos de la tablilla comienza la vida activa del texto. Todo escrito depende de la generosidad del lector.

Esta incómoda relación entre el escritor y lector tiene un comienzo, que quedó establecido para siempre en una misteriosa tarde mesopotámica.

Alberto Manguel.
Una historia de la lectura.
Traducción de José Luis López Muñoz.
Alianza Literaria. Madrid, 2012.