En el centenario de Joan Perucho
Con motivo del centenario de Joan Perucho (1920-2003), la Fundación Banco Santander reedita en su magnífica colección Obra Fundamental una generosa y significativa antología de textos -relatos, ensayos breves y artículos- de Joan Perucho, con el título De lo maravilloso y lo real.
La selección la realizó Mercedes Monmany, que abría su Introducción -'Joan Perucho: La aventura de la vida verdadera'- reproduciendo un fragmento del prólogo de Perucho a su colección de relatos Rosas, diablos y sonrisas:
Este libro es floral, monstruosamente artificioso y esteticista y, entre los recortados ramajes de su jardinería decadente, surgen rostros de diablos, sonrisas y rosas enigmáticas y deshojadas. El temario deriva y discurre hacia alquimias, castillos, fantasmas, perfumes, animales fabulosos, cortesanas francesas, magia, gastronomía y antiguos bailes de disfraces. Es, pues, un libro especialmente apto para los voluptuosos y para los entusiastas del "final de siglo". [...] El autor no lamenta el gusto que siente por estas cosas. Las restantes tienden a aburrirle.
En esas líneas se encierra una parte esencial del mundo literario de Joan Perucho, que reflejan los diez apartados en que Monmany organiza la selección de textos: Historias apócrifas y relatos fantásticos; Eruditos de lo maravilloso; Brujos, magos, fantasmas y ocultistas; Santos, sabios y cristianos; Bestiario fantástico; Botánica oculta; Cuentos mínimos y autobiográficos; Memorias y recuerdos; Viajes y Teoría de Cataluña y misterios de Barcelona.
Estrechamente emparentados con la obra de Álvaro Cunqueiro, Borges y Calvino, estos textos en los que, como avisa el título de la antología, se cruzan lo maravilloso y lo real, son una respuesta al realismo social dominante en la literatura española de la época. Frente a la imitación de la realidad, responden con la imaginación; frente a la voluntad testimonial, defienden la reivindicación de lo invisible; frente a la prosa municipal, el cuidado del estilo.
El arte y la literatura se alzan de esa manera como alternativas a la vida, como una segunda vida distinta y habitable. Así lo explicaba Perucho en Una poética:
Los artistas viven en el fondo -afirmaba una vida distinta a la real, que es vulgar y despreciable, anodina. El arte abre las puertas de lo desconocido, jamás explorado por nadie (me refiero, naturalmente a los que hacen del arte su razón de ser), y por él y a través de él, crean la aventura de su vida verdadera, hasta ese momento ignorada, no susceptible de ser cambiada por nada absolutamente.
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