11 abril 2020

Canina en cuarentena







Es el más sobrecogedor, el más sobrio y el más barroco de todos los pasos de la Semana Santa sevillana: El Triunfo de la Santa Cruz, una alegoría de la redención y la resurrección que realizó el imaginero Cardoso de Quirós en 1691.

Representa a la muerte sentada sobre el mundo en actitud meditabunda y con la guadaña caída junto a un dragón-serpiente que lleva en la boca la manzana del árbol del paraíso. Está delante de una cruz vacía de la que cuelga un sudario negro que dice Mors mortem superavit, La muerte venció a la muerte. Como exorno floral lleva hiedra y unos cardos que simbolizan la resurrección. Es, aunque no lo parezca a primera vista, un paso de esperanza. 

Es evidente la influencia iconográfica de los frescos de Valdés Leal en esa alegoría de la muerte vencida que pronto se empezó a conocer en Sevilla como La Canina.

Y así como es normal oír allí que alguien es de San Bernardo o de los Negritos, de las Cigarreras o de los Javieres, de la Macarena o de la Esperanza de Triana, a nadie se le ocurre decir que es de La Canina, que sigue teniendo mal fario cuando da fondo y se para delante de uno. Lleva delante una capilla musical y por aquello de no llamar a la muerte, lleva oculto el llamador.

Debería procesionar hoy, Sábado Santo, como lo ha venido haciendo desde 1693, pero este año hasta La Canina está en cuarentena. Que ya es estar.