Hasta la luz,
para poder pensarla,
sentirla como luz,
se aleja a cada instante de sí misma.
Quiero que te hagas noche,
que halles en ti la negación que afirma,
igual que en mi visión
se borra la raíz
para ser ella y otra,
para mirar más lejos,
para llegar más alto.
Nos hace falta olvido
sobre el que levantar lo memorable.
Las islas nos seducen,
pero también las percepciones islas.
Del título de ese poema, de Para una teoría de las distancias, toma su nombre la antología poética de Lorenzo Oliván que publica Pre-Textos con un prólogo -'El fervor de la mirada'- en el que Juan Manuel Romero destaca que la mirada es el centro germinativo de la poesía de Lorenzo Oliván, hasta el punto de que el propio autor ha acuñado la expresión ‘el ojo que piensa’ para definir la obsesión contemplativa de la que surgen sus textos.”
Una poesía reflexiva que entiende la escritura como conocimiento y como expresión emocional, una retrospectiva en la que como es lógico hay más poemas de los últimos libros, en los que maduró la voz poética del autor.
Se reúnen en este volumen ochenta poemas que recogen la trayectoria poética del autor entre 1993 y 2018, entre Único norte o Visiones y revisiones y Para una teoría de las distancias, además de cinco inéditos. Este es uno de ellos:
No hay quimera mayor que el equilibrio.
El fiel de la balanza
favorece a un extremo
al que tienta
quizá con perversión.
Un pájaro contempla
cualquier pendiente de aire
y la convierte en ruta.
Qué lejos tú
perdido, confundido,
allá en tus contrapesos.
Contemplación reflexiva, visión y meditación aunadas en una poesía que “arde para iluminarnos”, como señala Juan Manuel Romero en el cierre de su prólogo.
