Y así nos va
El problema es muy sencillo. Es el siguiente: ¿un régimen puede mantenerse en la integridad de las instituciones que se ha dado con un escándalo semanal y, sobre todo, con el nombramiento de una comisión depuradora cada semana? La importancia de esta pregunta se entenderá cuando quede bien sentado que, con motivo de estos asuntos, se ha discutido todo y no se ha dejado, por decirlo vulgarmente, títere con cabeza: se han discutido las más altas instituciones y las más bajas, el funcionamiento de los poderes del Estado y los hombres de los partidos, los acuerdos de los poderes y las conductas secretas o públicas de los hombres. En este guirigay frenético de procesos de tendencia, de sopesamiento de intenciones, de interrogatorios pérfidos sucede todo, como en un documental rápido e hiperrealista. Llegará un momento en que las pasiones internas, en que las insidias africanas, en que las réplicas y contrarréplicas lo asolarán todo. Y es natural que así sea. El Parlamento y la política calientan, aumentan, acercan las cosas. La Justicia las limita, las enfría, las aleja. Se ha querido tratar la enfermedad actual mediante el método político, y así nos va.
Josep Pla.
La Segunda República española.
Una crónica 1931-1936.
Destino. Barcelona, 2006
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