Max Blecher. Poesía completa
EN LA ORILLA
Esto es lo que verás en el mar
Buques como cabezas de ahogados con el cigarrillo aún en la boca
Soñando y fumando navegan a Estambul
En la orilla hombres como suicidas que se han librado de la muerte
Soñando y fumando pasean al atardecer.
Ese es uno de los veinte poemas que constituyen la Poesía completa de Max Blecher que llega hoy a las librerías, publicada por Hermida editores en edición bilingüe de Joaquín Garrigós y precedida de un prólogo -Una transparencia engañosa- de Doris Mironescu, biógrafo y editor de la obra completa de Blecher, en el que resalta como propio de esta poesía “el tema de la palabra, de las letras y de la escritura vistas como medio de liberación espiritual.”
Rumano de origen judío, Max Blecher vio marcada su vida y su obra por la enfermedad -tuberculosis ósea- que le llevó a la tumba en 1938, cuando no había cumplido los 29 años. Más conocido como narrador, fue autor de tres novelas a las que se dedicó cuando abandonó la escritura poética.
Su poesía completa la integran los quince poemas de Cuerpo transparente, el libro que publicó en 1934, muy marcado por la influencia del surrealismo francés, como los otros cinco poemas que aparecieron en revistas o permanecieron póstumos.
Poemas como este onírico La inextricable posición, publicado en francés en una revista parisina en 1933, el año anterior a su único libro:
Una gran herida se hundía en mi pecho hasta el corazón. Era la misma llaga de antaño pero había cambiado de significado; yo mismo estaba ligado a la carne por nuevos dolores y fealdades. Un caballo participaba de este pensamiento o más bien el ojo de un caballo que llevaba como excrecencia una cabeza diminuta parecida a la grande pero más pálida y visiblemente más dolorida (los negros suelen llevar en brazos este tipo de muñecas). Por lo demás, yo iba desnudo hasta la cintura, un delgado pantalón de cartón me cubría rígidamente las piernas de suerte que toda la calle (presente en ese mismo momento de modo tan irremediable como el caballo) me tomó por un fraile en busca de un volumen de aire tranquilo para depositar sus sortijas.
Completados con un apéndice con documentos, fotografías y obra pictórica de Blecher, veinte poemas que, como señala el prologuista, “logran unas veces sorprender y otras conmover.”
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