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31 agosto 2021

Celebración de Keats


 ODA SOBRE LA MELANCOLÍA

I


No, no, no te dirijas al Leteo ni exprimas

el arraigado acónito de jugo venenoso;

no dejes que en la frente macilenta te bese

la belladona, uva roja de Proserpina;

no te hagas un rosario con las bayas del tejo,

ni conviertas tu lúgubre Psique en escarabajo

o en tétrica falena, y que no te acompañe

la suave lechuza en tu culto al pesar,

pues, sombra sobre sombra, caerán con su letargo,

sofocando la insomne zozobra de tu alma.

 

II


Mas cuando el arrebato melancólico caiga

del cielo, de repente, como nube llorosa

que alimenta a las flores decaídas y oculta

la colina florida con sudario de Abril,

sacia entonces tu pena con rosas matutinas,

o con el arcoíris de una ola en la arena,

o con la exuberancia de redondas peonías;

o si tu amada muestra un enfado ostentoso,

aprisiona su mano y deja que delire,

y aliméntate a fondo de sus ojos sin par.


III


Con la Belleza vive, que es mortal, con la Dicha,

que está constantemente con la mano en los labios

despidiéndose, y cerca del Placer doloroso,

que se torna en veneno cuando liba la abeja.

¡Ah!, y en el mismo templo del Goce la velada

Melancolía tiene su santuario supremo,

que sólo ve el que estalla las uvas de la Dicha

en fino paladar con lengua vigorosa:

saboreará su alma esa fuerza afligida,

y penderá entre aquellos trofeos nebulosos.


John Keats.

Odas y sonetos.

Traducción de Alejandro Valero. 

Hiperión. Madrid, 1995.