15 agosto 2021

En el Congreso Internacional de la Asociación Brasileña de Profesores de Literatura Portuguesa


En el próximo Congreso Internacional de la Asociación Brasileña de Profesores de Literatura Portuguesa, la profesora de la Universidad de Trento Elsa Rita Dos Santos presentará una comunicación con un estudio comparativo de La joven en el teatro, del poeta cubano Eliseo Diego (1920-1994), Ontem não te vi em Babilónia, del poeta portugués Manuel Alegre (1936), y mi Ayer no te vi en Babilonia. 

Este es un fragmento del resumen de su comunicación al Congreso Texto, tempo, imagem: interlocuções, que tendrá lugar en la Universidad del Estado de Rio de Janeiro entre el 18 y el 29 de octubre, en la sección temática Interlocuções: literatura portuguesa e outras literaturas: 

Interlocuções poéticas transversais: 

“Ontem não te vi em Babilónia” 


A frase descontextualizada “Ontem não te vi em Babilónia”, precedente de uma tábua de argila escrita em cuneiforme há 5 mil anos, inspirou três poetas contemporâneos de gerações, escolas e nacionalidades diferentes: o cubano Eliseo Diego (1920-1994), Manuel Alegre (1936) e o espanhol Santos Domínguez Ramos (1955).

Nos três poetas acima referidos, a frase remete para o vínculo humano à temporalidade, sobressaindo a fugacidade e fragilidade da vida, em contraposição a uma anterioridade que a frase que nos servirá de guia assinala com o advérbio de tempo ‘Ontem’. O diálogo entre os poetas é inexistente, a conduzir esta análise será o modo como cada um dos poetas acolhe a misteriosa frase no seu espaço poético e a interroga através da própria perceção do tempo. 

 Muy honrado y agradecido por esa atención a mi poema, que ganó en 2011 el Villa de Aoíz y apareció después en El dueño del eclipse, Premio Ciudad de Badajoz (Algaida. Sevilla, 2014). Fue traducido en 2011 al inglés por el profesor de la Universidad de Virginia Rick Hite y al italiano por Marcela Filippi Plaza, que lo incorporó a su edición bilingüe de la antología Un canto straniero en 2019:  

 

AYER NO TE VI EN BABILONIA 

 (Tabla de arcilla, 3000 a. C.) 

Cinco mil años pesan sobre esta arcilla viva
en la que un hombre hablaba una lengua de barro.
 
Como la nieve al lobo, sus palabras delatan
su extrañeza de siglos, sus tiempos estelares
y el espacio incesante y fluvial, el latido
de un corazón ausente.
 
Miles de años después, otra lengua diría
-y era una voz de sombra-: “Te veré en Babilonia.”
 
Era una voz de sombra que anunciaba la muerte
y la pira encendida para un héroe sin tiempo.
 
Pasaron cazadores de serpientes,
se callaron los gallos del arrabal y el viento
fue bajando a los ríos y apagando las velas.

Tiempo, espacio y el nombre de una ciudad sin sueño.

 Con música insondable,
cae la sombra del hielo en el desierto y lejos,
en arroyos secretos,

beberán los caballos lentamente en la orilla.
 

 Las cúpulas de cuarzo brillan bajo la luna. 
 
 Bajo esa misma luna sigue temblando aún
-No te vi en Babilonia-
la voz de arcilla frágil que escribió su temblor
con un tallo sumerio, con un punzón de ausencia.

Con un punzón de angustia esas palabras lentas
y urgentes: N
o te vi en Babilonia.

Simples como una herida de escarcha en los planetas,
un pájaro de nieve sigue latiendo en ellas.