03 septiembre 2021

Sobre la traducción



Borges dice que dejó de fiarse de las traducciones del chino cuando leyó que el mismo pasaje de cierto filósofo había sido traducido como: «A un condenado a muerte no le importa bordear un precipicio, porque ha renunciado a la vida», y como: «Los sirvientes destruyen las obras de arte, para no tener que juzgar sus bellezas y sus defectos».

 Iñaki Uriarte.
Diarios 1999-2003.

Pepitas de calabaza. Logroño, 2010.