El estoicismo hoy
Los estoicos advierten sobre la corrupción de los valores: la falsa gloria, la codicia, el materialismo excesivo. Séneca advierte sobre los tiranos que exigen lealtad. Sabe de los escritores de discursos que disimulan los asesinatos en palacio, que escriben sobre la misericordia para calmar a un público preocupado, al que dicen que el asesinato de un rival sería el final, no el principio de más derramamiento de sangre. Séneca es ese escritor de discursos y sus manos están sucias. Sus escritos filosóficos se tensan con las tensiones del poder y el miedo a perderlo, la lealtad y sus costes, la opulencia y la abstinencia. Escribe, en parte, como oraciones de redención. Escribe por la libertad.
El estoicismo es una forma de aguantar las vicisitudes de la vida a la par que cultivar la virtud interior cuando el férreo control exterior amenaza tu propio ser. Era una filosofía adecuada “para la época en que se creó. Y aunque de nuevo se siente como una filosofía para los tiempos que corren, y aunque tenemos mucho que aprender de los antiguos, no debemos olvidar que también somos hijos y esclavos de nuestro tiempo. Tenemos errores nuevos que evitar. La disciplina estoica y la resistencia, la virtud y los lazos de la razón y la racionalidad pueden ayudar a unirnos para afrontar nuestros retos individuales y compartidos. Pero sólo cuando la empatía y la misericordia corren por las venas de la razón. Éste es el camino. Ésa es la forma de avanzar en la vida, de comportarse como un estoico moderno en busca de un ideal, una felicidad saludable.
Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que la propuesta estoica de control de las emociones no deja de ser peligrosamente utópica. Al final del día, somos seres emocionales y pretender trascender eso es convertirnos en un personaje de ficción, como el Doctor Manhattan en Watchmen. Es más, si logramos alcanzar ese teóricamente deseable estado en el que trascendemos las miserias humanas, nuestro sitio sería las estrellas, como de hecho le ocurre al propio personaje, y nos deberíamos ir dejando nuestra perdida humanidad detrás.
Javier G. Recuenco y Guillermo de Haro.
El pequeño libro de la filosofía estoica.
Alienta. Barcelona, 2022.
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