08 enero 2023

La cesta del lobo

 


todo lo que nace puede ser un buen poema 
puede ser un poema 
uno bueno 
puede ser el poema que no es 
el poema que no está en el tallo de la pragmática 
me interné contigo en un bosque 
había relato 
no hubo spoiler 
ni rama 
en el amor 
en las caricias 
en nuestra primera piedra 
nos hicimos hombres 
tú la hembra del clan 
sin noción del tiempo que llevo en el cascarón del poema 
que no es 
que es esto 
una ráfaga demasiado ocupada 
la electricidad del final 
la ternura de un dron

Así termina La cesta del lobo, el largo poema que abre y da título al libro de Raquel Ramírez de Arellano que publica Ya lo dijo Casimiro Parker.

Dedicado a Guadalupe Grande, a la que le unen el afecto personal, la coexistencia en el mismo lugar moral y las afinidades poéticas, La cesta del lobo, rito de nieve ardiente y declaración de amor y de principios, es una reivindicación del sentido del poema como puerta de entrada o de salida, del latido de la vida y las turbulencias del sentimiento, de la dignidad de la mirada resistente a través de una reflexión constante sobre la escritura, sobre la soledad intransitiva y el ardor irrefrenable del deseo desbocado.

Afirmados sobre el peso de la palabra alucinada y desobediente y sostenidos en la potencia de sus imágenes, la intensidad expresiva de estos textos reconstruye un itinerario amoroso de dudas, preguntas y decisiones, de inseguridades y ausencias. Textos que tienden puentes entre las dos primeras personas del verbo en un ejercicio que vincula lo cotidiano y lo literario, la palabra coloquial y la ambición poética, el hastío de la costumbre y el prodigio de las revelaciones en el instante irrepetible del poema y en su caudalosa palabra en libertad:

Deja sobre la mesilla tu gorrión 
y tráeme otra noche 
córtale una pluma al transeúnte armado del próximo tranvía 
da de comer al ocaso

Textos que, entre la reflexión serena y el ímpetu verbal, surgen del diálogo consigo mismo y con el otro, con ese tú revelador hacia el que se proyectan las incertidumbres y las certezas, los recuerdos y los días:

se me acaba la memoria ram
del poema 
en su punto álgido todas las cabalgatas se vienen abajo 
solo pongo lo que puedo poner
lo que no pueden los otros 
lo que no pueden 
lo que no puedo yo