21 febrero 2023

Antología poética de Li Bai

  



Entre flores y ante un jarro de vino, 
bebo solo, sin compañía alguna.
Alzo la copa y convido a la luna.
Con mi sombra somos tres. 

Así comienza el primero de los cuatro poemas de ‘Bebiendo solo bajo la luna’, del poeta chino Li Bai (701-762) en la traducción de Guojian Chen para la Antología poética que publica en edición bilingüe Cátedra Letras Universales.

Li Bai es la pronunciación en mandarín moderno del nombre del poeta conocido también como Li Po, que ha sido hasta ahora la transcripción más habitual de su nombre.

Autor de casi diez mil poemas, perdidos en su mayoría, idealista e imaginativo, Li Bai es uno de los poetas imprescindibles de la literatura clásica china y, en palabras de Guojian Chen, “el poeta chino más conocido y más traducido en el mundo hispánico.”

Un poeta excelente, existencialista y conmovido bajo la luna de hace mil doscientos años. Nadie ha tenido borracheras tan líricas como la que aparece en este poema: 

EN UN DÍA PRIMAVERAL, 
AL LEVANTARME TRAS LA BORRACHERA

La vida en este mundo es un largo sueño.
¿Para qué abrumarla con afanes? 
Por eso estoy borracho todo el día.
Decaído, duermo junto a la puerta.
Al despertar, miro hacia el jardín del patio.
En medio de las flores canta un pájaro.
«Dime, por favor. ¿En qué tiempo vivimos?» 
«¿No ves que es la primavera 
quien hace hablar, con su brisa,
a la vagabunda oropéndola?» 
Emocionado, iba a lanzar un suspiro, 
pero vuelvo a servirme. Frente al vino, 
canto a voces, esperando a la luna.
Al terminar, todo queda en el olvido.

Nadie ha hablado mejor con la luna que en este espléndido poema, titulado ‘Copa en mano, pregunto a la luna’: 

Brilla la luna en el azul infinito.
Ceso de beber y le pregunto:
¿cuándo has venido? 

Por más que lo pretenda, 
el hombre no puede alcanzar la luna. 
Pero ella, en su curso, le acompaña.
Es un fúlgido espejo que vuela 
por encima de los palacios púrpura.
Sus luces puras resplandecen, 
disipando los humos grises.
Se la ve solo de noche
ascendiendo del mar, 
y al despuntar el día 
se pierde entre las nubes.
 […]
Los hombres de hoy no ven la luna de antaño 
mas la luna de hoy ha alumbrado a los hombres antiguos.
Tanto los del pasado como los del presente, 
vienen y se van como las aguas de un río, 
y todos contemplan la misma luna.
¿Qué podría yo desear sino ver siempre, 
mientras canto y bebo, 
su reflejo en el fondo de mi copa de oro?

El paso del tiempo y la fugacidad de la vida son los ejes centrales de su poesía, que se refugia ante esa angustia en el ensueño de la imaginación y en el consuelo de la quietud, la inacción y la ebriedad.

En los ciento cuarenta y ocho poemas de Li Bai que recoge esta antología, el amor y la guerra, el ensueño y la meditación se mezclan con el paisaje en el marco de una naturaleza estilizada, con otoños propicios para sentir la fugacidad y el agua de los años, con un sfumato difuso como la tristeza que flota en estos poemas y estos paisajes como una variante de la plenitud.

Llenos de levedad etérea, de nostalgia otoñal, de despedidas y sugerencias, sus versos concisos fundan una escuela de la mirada entre bosques de bambú y flores de almendro, bajo la luna llena y por los senderos del tiempo. 

Como en este poema:

Una gasa de nieblas vela infinitos bosques.
Los montes gélidos derraman un verdor de tristeza.
El crepúsculo envuelve el alto pabellón, 
morada de una joven melancólica.

Vana espera en la escalinata de jade. 
Los pájaros vuelan presurosos a sus nidos.
¿Por dónde regresará el ser más querido? 
Quioscos y quioscos a lo largo del camino.

El temblor de la sensibilidad, la hondura de la reflexión y un agudo sentimiento de la naturaleza se unen en Li Bai, como en otros poetas de la literatura china clásica, para darnos otra dimensión de la poesía y de la realidad en una actividad que tiene más de ejercicio espiritual de contención que de simple práctica literaria.

De esa actividad verbal y espiritual surge la piedra filosofal de la poesía como una forma superior de conocimiento y depuración del espíritu. Hay en todos estos textos una serenidad contemplativa y una conciencia que ilumina el mundo y es iluminada por él en un diálogo incesante que llamó la atención de otros poetas occidentales como Ezra Pound, Octavio Paz o Borges, que la tradujeron, la imitaron o la integraron en sus propias creaciones.

Guojian Chen, prestigioso hispanista vietnamita experto en poesía china, murió en el verano de 2021. Con esta edición de la poesía de Li Bai, que fue su último trabajo, culminó su brillante trayectoria de cuarenta años como traductor de la poesía china al español.