Miguel Torga. Diario

 

Coimbra, 27 de mayo de 1942. Ya he mandado mi libro a esas tres o cuatro personas a las que aún, por amistad melancólica, suelo regalarles mis cosas, sin la mínima esperanza de recibir una línea siquiera diciendo que les ha llegado. Si les enviase salchichones o perdices, por ejemplo, me enviarían en seguida una carta; pero como les mando versos… De todos modos, poco me importa. Con quien yo, y todos los escritores, tenemos que medirnos no es con la envidia o con la indiferencia de la gente de nuestra época. Es con unos implacables e impersonales lectores del futuro, que dan el sí o el no a una obra, importándoles poco que el autor, en vida, hubiese tenido lamparillas encendidas en La Meca o cirios apagados en Jerusalén.

Miguel Torga.

Diario (1932-1987).

Traducción de Eloísa Álvarez.

Alfaguara. Madrid, 2006.