20 agosto 2023

Torcer las palabras




Hace ya más de veinticinco siglos, el historiador ateniense Tucídides observó que la manera de emplear ciertos términos permite diagnosticar el estado de salud colectivo. Pensaba que las sociedades se están descomponiendo sin saberlo cuando empiezan a llamar emprendedores a los que son audaces de una manera irreflexiva. Cuando se convencen de que cualquier forma de moderación es el disfraz de la cobardía. Cuando afirman que quien se para a deliberar solo está buscando pretextos para no actuar. Deberíamos ser conscientes de que el peligro acecha precisamente en los momentos de las mayores ganancias, porque se fomenta la avidez y se desacredita la prudencia. Tucídides, que era un analista clarividente, resumió este proceso en una frase de absoluta vigencia actual: “En efecto, la mayoría de los hombres prefieren que se les llame hábiles por ser unos canallas a que se les considere necios siendo honrados: de esto último se avergüenzan, de lo otro se enorgullecen”. Si podemos sacar alguna lección del presente es la necesidad de proteger la robustez de ciertas palabras. Porque, en cuanto bajamos la guardia, las palabras se pueden convertir en la ganzúa con la que algunos fuerzan las cajas de caudales ajenas hasta vaciarlas.



Irene Vallejo.
“Torcer las palabras”,
en El futuro recordado.
Debate. Barcelona, 2022.