Los instrumentos humanos
Se han ido todos-
mascullaba la voz dentro del receptor.
Y luego, sabionda:-No volverán más-.
Pero hoy
en este trecho de playa nunca antes visitado
esos parches solares… ¿Señales
de ellos que del todo no habían partido?
Y callados esos a tu girarte, como si nada fuera.
Los muertos no es lo que día a
día hay que perder, sino aquellas
manchas de inexistencia, cal o ceniza
preparadas para hacerse movimiento y luz.
No
dudes, -me embiste con su fuerza del mar-
hablarán.
Ese poema, ‘La playa’, cierra Los instrumentos humanos, de Vittorio Sereni, que publica Libros del Aire en edición bilingüe con traducción, introducción y notas de José Muñoz Rivas, que escribe en el texto introductorio: “La actividad literaria de Vittorio Sereni (1913-1983) en torno a los años sesenta del siglo pasado es una de las más ricas y sin lugar a dudas complejas de las desarrolladas por los poetas pertenecientes a la llamada poesía del Novecientos en Italia. […] Hay bastante consenso en la crítica en que Gli strumenti umani es un libro fascinante pero lleno de complejidad para todo tipo de lectores, y que solo es posible abordarlo con mucho detenimiento, y sobre todo atendiendo a la personalidad compleja del autor.”
A ese esfuerzo interpretativo para arrojar luz a la complejidad y singularidad de estos poemas dedica Muñoz Rivas las páginas de su espléndida introducción, que aborda el difícil contexto histórico y biográfico del que surgen. Un contexto marcado por la Segunda Guerra Mundial, la derrota del ejército italiano y el cautiverio de Sereni en campos de concentración de Argelia y Marruecos.
Una experiencia tan traumática y tan determinante que, pese a su reinserción en la posguerra, sigue flotando en Los instrumentos humanos como referente real o como trasposición metafórica de algunos de estos textos en los que se suman la culpa y la claustrofobia, convocados por un título que procede del poema Aún en la carretera de Zenna, donde escribe Sereni:
Y yo podré por lo que cambia desesperarme
llevar alrededor la cabeza quemada de dolor…
pero el opaco sucederse de las cosas
que allí detrás adivino: la polea en el pozo,
el ir y venir del teleférico en los bosques,
los mínimos actos, los pobres
instrumentos humanos ceñidos a la cadena
de la necesidad, el sedal
arrojado al vacío en los siglos,
las escasas vidas que al ojo de quien vuelve
y encuentra que nada, nada en verdad ha cambiado
se repiten idénticas…
La primera edición de Gli strumenti umani apareció en 1965, tras un prolongado silencio poético de Sereni, cuando habían pasado casi veinte años de la publicación del anterior Diario de Argelia. Organizados en cuatro partes, casi “auténticos poemarios independientes”, en palabras de Muñoz Rivas, sus poemas fueron escritos entre 1945 y 1965, como indicaba la nota editorial de Einaudi.
Destaca el editor en su introducción que estos textos polifónicos incorporan, como método poético y como telón de fondo, la narratividad, la incorporación del registro hablado o la tradición petrarquista de la que procede la tensión entre diálogo y monólogo que articula la poesía de Sereni. Como en ‘Los versos’, una reflexión metapoética que es sin duda uno de los mejores poemas del libro:
Se escriben todavía.
Se piensa en estos mintiendo
a los trémulos ojos que te felicitan
la última noche del año.
Se escriben solo en negativo
dentro de una negrura de años
como pagando una fastidiosa deuda
que era vieja desde hace años.
No, no es ya feliz el ejercicio.
Ríen algunos: tú escribías para el Arte.
Ni siquiera yo quería esto sino que quería bien otra cosa.
Se hacen versos para sacudirse un peso
y pasar al siguiente. Pero hay siempre
algún peso de más, no hay nunca
ningún verso que baste
si mañana tú mismo te olvidas de él.
O la mirada reiterada al paisaje como reflejo de los estados de ánimo. Así en ‘Un retorno’:
En el lago las velas hacían un blanco y compacto poema
pero igual ya no le era mi respiración
y no era ya un lago sino un atónito
espejo de mí, una laguna del corazón.
Cierra el volumen de esta admirable edición crítica que es el resultado del trabajo minucioso de Muñoz Rivas, un nutrido aparato de notas que facilitan la lectura con aclaraciones textuales y explicaciones del contenido de unos poemas a menudo herméticos. Notas que en otras ocasiones rastrean las fuentes de los textos o revelan las conexiones entre los poemas del libro y el conjunto de la obra de Sereni.
Este es el tercer libro de una trayectoria poética que, aunque reducida en número de libros, cuatro entre 1941 y 1981, fue muy intensa y muy dilatada en cuanto al número de poemas que incluye cada uno de sus títulos.
Una trayectoria iniciada con Frontiera que cerraría Stella variabile, cuya traducción aparecerá en las próximas semanas en edición bilingüe en esta misma editorial, firmada también por José Muñoz Rivas.
<< Home