Memoria y olvido

 

Las culturas no pueden existir sin memoria, pero tampoco sin olvido. Mientras que la Biblioteca se obstina en recordarlo todo, la Librería selecciona, desecha, se adapta al presente gracias al olvido necesario. El futuro se construye por obsolescencia, tenemos que desprendernos de las creencias del pasado que son falsas o han quedado obsoletas, de las ficciones y de los discursos que han dejado de arrojar una mínima cantidad de luz.

[…]

Después de tantos siglos de pervivencia a largo plazo, el libro ingresa con el soporte electrónico en la lógica de la obsolescencia calculada, de la fecha de caducidad. Eso va a cambiar aún más profundamente nuestra relación con los textos, que vamos a poder traducir, alterar, personalizar hasta límites todavía por imaginar. Se trata de la culminación provisional del camino que se inició en el humanismo, cuando la filología cuestionó autoridades consabidas e inútiles y las biblias comenzaron a verterse a nuestras lenguas mediante criterios racionales y no según el dictamen de la superstición.

Jorge Carrión.

Librerías.

Anagrama. Barcelona, 2013.