Gatos
“No han sido pocos los artistas y escritores, y especialmente los poetas, que has sentido un intenso amor por los gatos. La prueba de que ese amor ha sido intenso (y en muchos casos también extenso) la tenemos en el hecho de que la mayoría de ellos les han tributado innumerables homenajes en forma de novelas, ensayos, relatos, microrrelatos y, por supuesto, poemas”, escribe Ricardo Álamo en el prólogo (‘Vienen de la noche de los tiempos’) con el que presenta su edición de Gatos, la antología poética que publica Renacimiento en torno a la figura de “este misterioso y aristocrático felino.”
De Rubén Darío a William Ospina, de Manuel Machado a Jaime Siles, de Jorge Guillén a José Watanabe o de García Lorca a José Emilio Pacheco, un centenar de textos gatunos de diversa textura poética y muy desigual calidad literaria que tienen como punto de referencia temática la “seducción, belleza sensual, ociosidad, inteligencia, complejidad, arrogancia, musicalidad y gracia, independencia, volubilidad, secretismo, irascibilidad, sigilo” del más misterioso e inaccesible de los animales domésticos.
Este, uno de los mejores de la selección, lo firma María Victoria Atencia:
TULIA
Hasta el tibio reposo de mi sueño te alzas,
ojos gualdos abiertos que saben mi costumbre:
te precede tu tacto y me roza tu aliento.
Una puerta se entorna a merced de la noche.
Me despierto de pronto y contigo comparto
tu impasible, felina quietud sobresaltada.
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