05 octubre 2024

La versión de Judas

 



El caso de Jesús Velasco, a quien se llamó «peligroso iluminado» entre otros ruidosos calificativos, saltó a la palestra. La trama fue desmontada y tanto él como sus fervientes apóstoles fueron encarcelados por intoxicación masiva, organización criminal e infracción de innumerables normas sanitarias. Una tarde vi su imagen en el juicio, por televisión, mientras escuchaba impasible su condena a quince años de reclusión -un suspiro para los habitantes de Ganímedes-. Sólo entonces caí en la cuenta de que los paralelismos en aquella historia se habían mantenido hasta el final. Si Velasco era Cristo, yo había representado con probidad el papel de Judas,  y este generoso cheque, que bien administrado me permitirá vivir el resto de mis días sin dar palo al agua, no es sino la bolsa de monedas de plata con la que el sanedrín quiso recompensar hace dos mil años mi traición.

Así termina La versión de Judas, el espléndido relato que cierra y da título al último volumen de cuentos de Manuel Moyano que publica Talentura .

En ese relato sobre la conspiración por la salvación del hombre de once próceres encabezados por un tal Jesús, hijo de un carpintero, que camina sobre las aguas en el estanque, faltaba aparentemente Judas, un narrador sobrepasado por la realidad de un tiempo circular.

Como ese, los narradores de estos cuentos, desorientados y sorprendidos, transmiten su perplejidad al lector y le transportan a un mundo opaco e incomprensible, a una realidad inquietante con Kafka y con Borges al fondo.

Una guerra de las estrellas entre países que se reparten y anexionan las constelaciones; un viaje inacabable por vagones y vagones de un tren circular y sin extremos, un tren infinito que no existe desde hace veinte años; la busca de una ciudad revelada en sueños a un ciego al que acompaña su hijo; la siniestra peripecia de un perro astuto que encierra a sus víctimas en un sótano; un misterioso vecino huidizo con una oscura pareja femenina en su casa; un escritor/escritora de novelas rosas ante el espejo; el divertido y sarcástico relato sobre Benito Hermosilla, el ridículo y pretencioso cronista oficial de la Villa de Riopanza, autor de una “monumental  Historia universal de la Villa de Riopanza” en treinta tomos y aún inconclusa, o un Libro-artefacto concebido y diseñado por un poeta para conjurar el olvido y fijar lo efímero, para sustituir al mundo:

Oponer a la muerte un libro inmortal; edificar un libro que recogiera minuciosamente cada nombre, cada gesto, cada mirada; un libro que acuñara las palabras de los hombres y sus actos, que registrara el canto de los pájaros, el sabor de la fruta madura, el olor del bosque después de la lluvia.

Ese, ‘El Libro’, es un texto central no sólo por su situación, sino por su altura literaria en un conjunto de diez relatos perturbadores que sorprenden al lector y lo sumergen en una dimensión insólita de la realidad, del espacio y del tiempo con la eficacia narrativa y la prosa envolvente de Manuel Moyano, uno de nuestros mejores narradores.