Santiago Montobbio. La libertad de la poesía
ÁRBOLES. ÁRBOLES. TIERRA. AIRE.
Para los pulmones. Para el alma.
Alzo la vista y veo cómo los árboles
no solo se dirigen sino diríase
que aspiran al cielo. Desde la raíces
de más adentro de la tierra del alma
también así el poema.
Es uno de los poemas de La libertad de la poesía, el último libro de Santiago Montobbio.
Híbridos de poesía y prosa reflexiva, los textos La libertad de la poesía se suceden en la convivencia del verso y la prosa, del poema y el diario, del ensayo breve y las notas de lectura sobre Rosa Chacel o Corpus Barga, Valente y Ramón Gaya, Vinyoli y Guillén, Westphalen y Borges, Elytis y Seferis.
Ordenados cronológicamente por orden de composición -entre el 19 de julio de 2021 y el 18 de octubre de 2022-, los textos de mantienen su coherencia textual sobre un fondo creativo común, meditativo y existencial, y en conjunto trazan la imagen del escritor y el hombre que habla en ellos sobre temas como el tiempo y el paisaje, la escritura y la vida, la naturaleza y la ciudad, la oscuridad y la luz, el diálogo con la madre o la reflexión sobre la poesía como refugio, como conocimiento y como forma suprema de libertad:
SOL DE LAS NOCHES. SOL DE LOS DÍAS.
Poesía. Esto siento, me digo y escribo
mientras estoy sentado al sol en un banco
del Paseo de Gracia junto a mi madre
y al lado de nuestra Pedrera querida,
que nos sorprendió ver el otro día en una imagen
pasada, sucia. Sol de los días, sol
de las noches, poesía. Has de encontrarla.
En un banco al sol o en una imagen antigua,
en rotas y perdidas imágenes de tu vida,
en ratos buenos como éste, con un buen sol
y al aire libre, tras el horrible día de ayer.
Has de encontrar y has de decir, adivinar
en el decir, callar en el adivinar y adivinar
en el silencio aun, en el maravilloso, profundo silencio
como el aire. Aire nuestro. Sol de las noches,
de los días. Poesía.
Y bajo la mirada celebratoria del poeta, que se impone sobre la percepción melancólica del mundo, transitan estos poemas por el mar y el campo, la noche y la luz, la lluvia y la luna:
LA LUNA SOBRE LAS ACACIAS ALTAS,
en lo más alto de ellas
ya casi sin flores por
el trabajo del viento
-el trabajo y el tesón.
Pero la luna aún más alta
y sobre ellas. Así tú, poesía,
en la vida.
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