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03 septiembre 2025

Tsimtsum. El origen del mundo y lo divino

 



El místico y cabalista judío Isaac Luria (Jerusalén, 1534-Safed, 1572) fue el visionario fundador e impulsor de una de las teorías más difundidas en la mística judía y en la Cabala. Basada en la idea del tsimtsum (“contracción” en hebreo), imagina la creación del mundo como resultado de la contracción de la luz en un proceso de apartamiento, autolimitación y retirada de la divinidad del espacio que ocupaba con su omnipresencia antes de la creación. 

A propósito de esta noción de tsimtsum, Atalanta publica un amplio y riguroso ensayo de Christoph Schulte, especialista en historia de la cultura, la religión y la filosofía del judaísmo, que se publicó en versión original en 2014 y que llega hoy a las librerías con un elocuente subtítulo: El origen del mundo y lo divino. 

Con traducción de J. Rafael Hernández Arias, así explica Schulte el concepto de tsimtsum:

La palabra hebrea tsimtsum significa «contracción», «repliegue», «limitación», «autolimitación» y «concentración». Es originariamente un término de la cábala y se refiere a la autocontracción de Dios antes de la creación del mundo y con el propósito de hacerla posible: el Dios omnipresente e infinito, antes de la creación, se replegó para producir un espacio vacío dentro de su propio ser. Este espacio vacío fue esencial para la formación del universo, ya que permitió la existencia de algo distinto a Dios. La emanación y creación del mundo en el interior de Dios ocurrió después del tsimtsum. En este proceso, la divinidad también limitó su omnipotencia, de modo que lo finito pudiera surgir. Sin el tsimtsum no hay creación. Eso lo convierte en uno de los conceptos fundamentales del judaísmo.

Sería precisamente esa renuncia divina a ser todo, esa retirada de Dios de la totalidad del espacio que ocupaba hasta entonces por completo la que dejaría un espacio que permitiría que se generara el mundo, en el que aparecerían nuevas realidades que no existían cuando la divinidad lo ocupaba todo: el tiempo y la muerte, la libertad, la imperfección o el mal.

La creación resultaría, según esa teoría del renunciamiento y el abandono, una manifestación de la humildad y no una exhibición de poder. Es una teoría compleja que proyecta el concepto de retraimiento más allá de la mística y la religiosidad, en la práctica humana y en el campo de la interpretación de los procesos históricos, de las relaciones sociales, de los comportamientos individuales y la psicología, de la creación artística.

Además de ahondar en la misma noción de tsimtsum, Schulte aborda un recorrido histórico por la tradición doctrinal que generó y por su incidencia en la historia intelectual de Occidente: sus orígenes en Tierra Santa, con Luria como figura originaria, y su puesta por escrito por Jaim Vital, discípulo de Luria, su difusión entre los cabalistas europeos del XVII, su transmisión durante más de cuatro siglos en la historia religiosa y cultural del judaísmo y sus huellas en el cristianismo de Europa y América del Norte: desde cabalistas como Scholem hasta el jasidismo, desde algunos teólogos y pensadores cristianos que asumieron el tsimtsum hasta Newton, Hegel, Schelling o Brentano, desde los manuscritos místicos hasta su presencia en la literatura, el arte y la música a través de autores y artistas tan diversos como Franz Rosenzweig, Hans Jonas, Isaac Bashevis Singer, Harold Bloom, Barnett Newman y Anselm Kiefer. 

Se dan cita en estas páginas sobre el tsimtsum y sus variadas interpretaciones y ramificaciones lo divino y lo humano, lo judío y lo cristiano, el misticismo y la literatura, la filosofía y la teología, la música y el arte, porque -señala Schulte- “este concepto ha movido a casi todos sus destinatarios e intérpretes a pensar, repensar, escribir o crear arte. Ha despertado, requerido y fomentado la creatividad.”

“Sin embargo -añade-, este análisis de las interpretaciones del tsimtsum y sus variantes no es un juego ni un entretenimiento, pues lo que importará a la posteridad, ante la fascinación que despierta el tsimtsum de Luria, será descubrir o comprender la verdad sobre este concepto y el origen de nuestro mundo. Sus interpretaciones tienen una pretensión de verdad que este estudio debe contemplar rigurosamente en sus análisis. Porque es dicha pretensión de verdad de la doctrina del tsimtsum de Luria la que impulsa a generaciones de autores, aunque su intención sea crítica o polémica, al describir, exponer, interpretar y evocar esta enseñanza con el fin de que resulte fructífera para su presente y sus contemporáneos.”