Mercado y camarillas
Se habla mucho de los que se someten al mercado, pero no lo suficiente de los que se someten a las camarillas. En último análisis, ambas actitudes son desgraciadas para el escritor que vive en este mundo. Nadie recuerda, nadie menciona, nadie discute la historia de un sometido, sea un Hemingway diminuto o un Elinor Glyn de tercera.
¿Cuál es la mayor recompensa para un escritor? ¿No es que un día alguien se le abalance, con la cara estallando de franqueza Y los ojos ardientes de admiración, y exclame: «¡Su último cuento era buenísimo, realmente maravilloso!»?
Entonces sí vale la pena escribir. Sólo entonces.
Ray Bradbury.
Zen en el arte de escribir.
Traducción de Marcelo Cohen de Levis.
Minotauro. Barcelona, 2020.
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