Negar de que algo
En cualquier caso, lo que esa noche iba a suceder, y ya había anticipado Ciro Caviedo en su gacetilla del Vigía y en las ondas, no era tan previsible como irrefutable si a fin de cuentas la Ciudad no se prestaba a ello, aunque nadie pudiese negar, ni siquiera los que ya se habían percatado, de que algo raro se les venía encima.
Lo último que querría uno es ser un mono gramático-crítico, pero no puede dejar pasar esa chocante construcción en la segunda página de la última y reciente novela de un académico de la Lengua y Premio Cervantes.
Naturalmente, he dejado ya la novela, que parecía recuperar tiempos mejores, como un artefacto averiado. Por sus últimos antecedentes sospecho que hay más traspiés como ese o peores. Por cierto, no es Álvaro Pombo.

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