20 junio 2005

El arte de insultar

Cuando la razón es inútil ante la superstición impermeable, cuando la argumentación choca con el prejuicio macizo del granito, entonces lo mejor es recurrir a la descalificación, a la ofensa, al insulto.

Naturalmente, el consejo no es mío. Es de Arthur Schopenhauer, uno de los padres del existencialismo contemporáneo, del que aparece estos días en Alianza El arte de insultar, una antología preparada por Franco Volpi.
En ella se recogen, en poco más de ciento cincuenta páginas, fragmentos con descalificaciones y ataques verbales destemplados del filósofo de Danzig, que a veces –perdido el temple o la paciencia- utilizó en su escritura vísceras menos nobles que el cerebro. Y más explosivas.

Un libro divertido para leer con morbo más intelectual que el de la prensa rosa. Con el mismo morbo que explica que aún frecuentemos los diarios de nuestros contemporáneos.