El síndrome de Estocolmo
Hablo esta noche con Antonio Pereira, con quien me unen vínculos no solo literarios, sino afectivos y telefónicos. Tan lúcido como siempre, con su característico buen humor, me cuenta que está terminando un nuevo libro de cuentos, del que cree llevar escrito el 70% y que está a punto de salir en el libro de bolsillo de Alianza una reedición de El síndrome de Estocolmo, uno de sus mejores libros, que publicó en el 88 Mondadori. Una buena noticia que se une a la muy buena que fue la recopilación que publicó en Cátedra el año pasado, Recuento de invenciones, con un prólogo quizá demasiado espeso pero con una muy buena selección de relatos.
La mejor noticia, con todo, es que Pereira, uno de los maestros del relato corto en los últimos treinta años, siga con esas ganas de trabajar pese a este invierno que todavía no ha llegado y ya está deseando echar afuera. Ya sueña con el verano, me confiesa, que templa los huesos y las carnes.
Salud, maestro.
La mejor noticia, con todo, es que Pereira, uno de los maestros del relato corto en los últimos treinta años, siga con esas ganas de trabajar pese a este invierno que todavía no ha llegado y ya está deseando echar afuera. Ya sueña con el verano, me confiesa, que templa los huesos y las carnes.
Salud, maestro.
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