08 junio 2006

Memoria de la pobreza

Así es nuestra epopeya -dice el cazador-. Fuimos el alquitrán de la nueva España. Pedíamos la luna y nos dieron una carretera.

Esas palabras, situadas casi al final del libro, resumen el sentido de Nuestra epopeya, la última novela de Manuel Longares que publica Alfaguara.

Si en Romanticismo el autor exploraba los ambientes de la clase alta en el tardofranquismo y la transición, Nuestra epopeya es una reflexión sobre una generación de españoles que pasó de la aldea miserable al paraíso de los adosados.

Pero es sobre todo una excelente novela, escrita con una tensión narrativa y una exigencia estilística que dejan al lector absorto y entregado a ese universo coral en el que cada palabra, cada frase tiene su peso exacto, su carga programada de dinamita.

Las intervenciones de los personajes, contundentes como puñetazos y rápidas como relámpagos, ponen al lector contra las cuerdas, frente al mundo y ante su conciencia.

Un ejemplo:

- Vosotros, para haceros ricos - dice un personaje mientras mira un billete al trasluz-, no tuvisteis que cambiar el mundo, sino crear más pobres.