16 marzo 2007

JRJ por JMJ

Juan Ramón Jiménez por José María Jurado es el epílogo de El lector de almanaques, una plaquette que reúne 18 poemas en prosa de los que se han ido publicando en la excelente página web del mismo título.

Es la primera edición impresa de un autor que nos ha ido regalando textos brillantísimos en esa página y la publica la Diputación de Huelva, en el marco de las actividades que se organizan para conmemorar el trienio Zenobia-Juan Ramón (2006-2008) .

Poemas de una evidente calidad, con un envidiable sentido del ritmo, de la medida y del peso específico de cada palabra. Porque frente a tanta poesía inane que no puede ocultar la debilidad de sus raíces, en estos textos robustos cada palabra tiene su densidad propia, su carga equilibrada de inteligencia y sensibilidad. En ellos José María Jurado declara sus raíces en la prosa juanramoniana del Diario de un poeta reciencasado, de Espacio y de Españoles de tres mundos. Cualquier cosa, cualquier prosa...

Con una conciencia aguda y serena de la temporalidad que le otorga ritmo y compás a estos textos, José María Jurado visita espacios y tiempos que son dos proyecciones de nuestra mirada frágil y fugaz. Dos espejismos que nos mantienen por un momento fuera del tiempo y en el lugar fijo de la imagen, en el tiempo parado de un quince de agosto en la Maestranza, con las golondrinas raseando el albero mientras flotan por el aire las campanas de Santa Ana o de la catedral.

Estos textos –lo saben sus muchos lectores- tienen un altísimo voltaje emocional y lírico, pero lo mejor de este poeta está por llegar.

Estoy seguro de que no tardaremos mucho en verlo. Atentos a su voz y a su palabra, porque tienen mucha belleza y sobre todo mucha verdad, la de la buena literatura.