12 marzo 2007

Piedra del molino



En la primavera de 2004 se publicaba en Arcos de la Frontera la primera entrega de Piedra del molino, una revista de poesía que llevaba en su primera página esta declaración:

Hay una calle en Arcos de la Frontera, conocida desde siempre como "Piedra del Molino", que viene a ser un breve remanso en las pinas cuestas que enlazan el Barrio Alto y el Bajo. En su casa número cuatro, hubo un molino aceitero —posteriormente, uno de trigo— y su piedra bautizó esta esencial arteria, con un nombre que sigue vivo en el decir popular, y que cubre, como grueso brochazo de cal, cualquier otro que oficialmente pudiera asignársele. Ahora, tantos años después, esa piedra molinera bautiza nuestra revista, entrañándola aún más en el corazón del pueblo en el que nace, ya con una larga tradición poética sobre sus nobles, firmes, seculares espaldas.

Dirigida por Jorge de Arco, tiene periodicidad semestral y forman parte de su consejo asesor poetas como Santiago Castelo, Antonio Murciano o Luis Alberto de Cuenca.

Aquel primer número ofrecía dos inéditos de Juan Ramón JIménez al frente de su primera sección, de creación poética, con un nutrido y alto conjunto de textos de poetas conocidos, reconocidos o desconocidos.

Una segunda parte ofrece en cada número traducciones de poetas de tradiciones lejanas, de Europa oriental o Asia, o de lenguas peninsulares como el gallego. Y cada entrega contiene finalmente un apartado, El vasar, dedicado a las reseñas de poesía.

Las ilustraciones, abundantes y delicadas, están al admirable nivel de los textos y mantienen, alcanzado ya su sexta entrega, la tradición exigente de revistas arcenses como Alcaraván.

Paralelamente, el Ayuntamiento mantiene una colección de poesía que se inició en 2004 con Pretérito anterior, de Cristóbal Romero. Una antología de la obra de Antonio Luis Baena, un notable poeta, cofundador de Alcaraván, y Toque de arrebato, el primer libro de Mª Jesús Ortega, son de momento las otras entregas de esta cuidada colección poética.