20 septiembre 2007

Bartleby




Bartleby vuelve con fuerza del verano y publica por primera vez en España un libro de C. K. Williams (Nueva Jersey, 1936). Se trata de Reparación, que obtuvo el Pulitzer de Poesía en el año 2000.

La traducción y el prólogo (C. K. Williams: Una música diferente) son de Jaime Priede, el traductor del muy esperado Carver y yo, de Tess Gallagher, que publica también Bartleby y debe de estar a punto de llegar a las librerías.

Poeta y traductor de Sófocles, Ponge o Zagajewski, los poemas de C. K. Williams son el resultado de un lento proceso de maduración en el que cada texto adquiere una música propia:

La cosa más interesante que se puede decir de un poema es que no existe hasta que no tiene su música. Cada poema tiene una música. Y hasta que no la tiene, no es un poema.

Un ritmo que -como señala Jaime Priede en su prólogo- se apoya en la medida, pero es también imagen y sentido, visión del mundo.

Dejo aquí una muestra de esta Reparación:

LAS COSAS ÚLTIMAS

En una cubeta con fijador de secado del estudio fotográfico de un amigo
me encontré con una foto de su hijo en el instante posterior a su muerte,
aún con las gafas puestas, una gota de sangre saliéndole de la boca.

Recientemente mi amigo realizó un libro como homenaje a su hijo;
casi al final, hay un retrato que le hizo el día antes de su muerte;
el pie de foto dice: “Ésta es la última foto de Alex”.

Estoy seguro de que mi amigo no sabe que he visto la otra fotografía.
¿Estoy traicionando su confianza al hablar de ello?
Antes de enseñarle esto a alguien, tendré que pedirle permiso.

Si estás leyendo esto ahora, sabrás que mi amigo me perdona,
que ha visto que la pequeña verdad que pueda transmitir su historia
reside en el valor de la angustia de recordar ese momento
en el que tras cincuenta años de acoger la realidad a través de la lente,
no le cabe duda de que la cámara se acercó al ojo por su cuenta
y el dedo, seguramente también por su cuenta y riesgo,
apretó el obturador.