De re coquinaria
Jesús Egido, editor de Rey Lear, me cuenta en una carta que durante años compartió tertulia en el Asador Donostiarra con José Luis Coll y un grupo de amigos, humoristas gráficos, pintores, escritores y algún político de añadidura. Para homenajear la memoria del amigo desaparecido han convocado el I Premio José Luis Coll de novela corta de humor, dotado con 5.555,55 euros de vellón, que diría el clásico. Las bases se pueden consultar aquí.
Sin salir de Rey Lear y de los fogones literarios, esa editorial acaba de recuperar un clásico de la literatura culinaria: La cocina del Quijote, un ensayo de Cesáreo Fernández Duro (1830-1908), puesto al día con más de cincuenta recetas por Miguel López Castanier, al que conocerán algunos por su colaboración en el Canal Cocina de Digital Plus y otros porque es el propietario del restaurante madrileño La Taberna de Liria.
Entre las Albondiguillas con cilantro verde y las Truchas guisadas, un menú al paso, al trote, al galope y a la carga: de entrantes con Cazuela de berenjenas a postres como el Letuario de uvas, con paradas intermedias en los imprescindibles Duelos y quebrantos, el arroz seco con codorniz y conejo, la pepitoria, el salpicón o las liebres en figura de leones.
El libro tiene un valor añadido en las ilustraciones que han seleccionado los editores: Coypel, los hermanos Carnicero, Daumier o Urrabieta subrayan con sus grabados o sus acuarelas un volumen bellísimo, tan apetitoso a la vista como al gusto.
Sin salir de Rey Lear y de los fogones literarios, esa editorial acaba de recuperar un clásico de la literatura culinaria: La cocina del Quijote, un ensayo de Cesáreo Fernández Duro (1830-1908), puesto al día con más de cincuenta recetas por Miguel López Castanier, al que conocerán algunos por su colaboración en el Canal Cocina de Digital Plus y otros porque es el propietario del restaurante madrileño La Taberna de Liria.
Entre las Albondiguillas con cilantro verde y las Truchas guisadas, un menú al paso, al trote, al galope y a la carga: de entrantes con Cazuela de berenjenas a postres como el Letuario de uvas, con paradas intermedias en los imprescindibles Duelos y quebrantos, el arroz seco con codorniz y conejo, la pepitoria, el salpicón o las liebres en figura de leones.
El libro tiene un valor añadido en las ilustraciones que han seleccionado los editores: Coypel, los hermanos Carnicero, Daumier o Urrabieta subrayan con sus grabados o sus acuarelas un volumen bellísimo, tan apetitoso a la vista como al gusto.
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