13 noviembre 2007

Traducir un relámpago

Eso es lo que ha hecho Marcos Canteli en la edición bilingüe del Libro de jaikus de Kerouac que publica Bartleby.

No es fácil, contra lo que puede parecer en principio, captar el chispazo de los tres versos de un jaiku, y es menos fácil aún saberlo transmitir. Y ese es el mérito -que no debería pasar desapercibido- de esta traducción, hecha por alguien que es también poeta y sabe lo que es moverse en ese incierto terreno que está en el límite del significado, allí donde el lenguaje es revelación o relámpago.

Porque lo más importante en el jaiku, su mayor carga comunicativa reside en lo que calla más que en lo que dice, más en la intuición de lo invisible que en la percepción de lo visible. Como en la mejor poesía, en definitiva, de lo que se trata es de comunicar lo incomunicable, de expresar lo inefable:

Amarilla y baja
la luna -debajo

El candil, la calma de la casa.


Y transferir todo eso, hacérselo llegar al lector en español, era el reto que Marcos Canteli ha superado con envidiable solvencia de poeta en ejercicio y de traductor fiel.

Reseña íntegra en la revista Encuentros de lecturas y lectores