Escrito en una piedra
Ya está en las librerías el último libro de poemas de Pablo Guerrero. Escrito en una piedra es el título de un conjunto de textos que tienen su origen en Atapuerca y en una experiencia desestabilizadora a la que sólo se puede responder con la poesía.
Hace poco me pedía Pablo unas palabras que invitasen a su lectura. No sé si cumplen su objetivo. Sé cuánto les gustaron a Charo y a él, por eso las pongo aquí:
Porque la poesía siempre ha servido para abrir las puertas al campo y al aire claro y fresco del amanecer, escucha, lector, esta voz que llama a las ventanas de tu casa entre la luz y la sombra, desde sus mares interiores.
Cruza el puente que te tienden estos poemas y hallarás la huella de las pisadas con las que nace el mar. Porque abres este libro y brota el sentimiento. Porque amamos el fuego.
Porque quien lee estos versos toca a un hombre sensible, a un poeta entero que, en vez de mirar a las estrellas, te habla desde ellas.
Que su luz te acompañe y te ilumine en el viaje. Al regreso ya no serás el mismo.
Pablo Guerrero ha trabajado mucho este libro, aunque con lamentable incuria la editorial que lo publica lo atribuye en contraportada a un tal Pedro Guerrero que tiene su misma biografía y sus mismas obras.
No sabe uno si el redactor estaba pensando en Pedro Guerra o en los Picapiedra, pero despistado sí que andaba el hombre.
Hace poco me pedía Pablo unas palabras que invitasen a su lectura. No sé si cumplen su objetivo. Sé cuánto les gustaron a Charo y a él, por eso las pongo aquí:
Porque la poesía siempre ha servido para abrir las puertas al campo y al aire claro y fresco del amanecer, escucha, lector, esta voz que llama a las ventanas de tu casa entre la luz y la sombra, desde sus mares interiores.
Cruza el puente que te tienden estos poemas y hallarás la huella de las pisadas con las que nace el mar. Porque abres este libro y brota el sentimiento. Porque amamos el fuego.
Porque quien lee estos versos toca a un hombre sensible, a un poeta entero que, en vez de mirar a las estrellas, te habla desde ellas.
Que su luz te acompañe y te ilumine en el viaje. Al regreso ya no serás el mismo.
Pablo Guerrero ha trabajado mucho este libro, aunque con lamentable incuria la editorial que lo publica lo atribuye en contraportada a un tal Pedro Guerrero que tiene su misma biografía y sus mismas obras.
No sabe uno si el redactor estaba pensando en Pedro Guerra o en los Picapiedra, pero despistado sí que andaba el hombre.
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