Kind of Blue
Hoy se cumplen cincuenta años de aquel 2 de marzo del 59 en que Miles Davis empezaba a grabar el disco más memorable de la historia del jazz.
Aquella obra de arte definitiva se inmortalizó en dos sesiones, el 2 de marzo y el 22 de abril, cuyo resultado milagroso lo convierte en mucho más que el mejor disco de jazz de la historia.
Es el disco de la isla desierta, un manual de autoayuda y un potente afrodisiaco, un antídoto contra el tedio con propiedades sanadoras, una máquina del tiempo porque la vida – lo decía Miles Davis- debe vivirse hacia delante, pero solo puede entenderse hacia atrás.
Entre So What y Flamenco Sketches, la memorable aproximación de jazz y flamenco, Kind of Blue es equilibrado y sereno, de una belleza sencilla y compleja, melancólico y vital, con la trompeta de Miles Davis, el saxo alto de Cannonball Adderley, el piano de Bill Evans o el saxo tenor de John Coltrane, que ya tenía en la cabeza ese otro prodigio que se titula Giant steps.
Rodeado de misterio y de literatura, Kind of Blue no ha dejado de crecer como leyenda en este medio siglo. La historia posterior del jazz y su lenguaje musical son herederos de aquellas improvisaciones modales tocadas por la inspiración, el duende y el ángel de la música en dos sesiones tan irrepetibles como aquel grupo de músicos que se reunieron en la calle 30 de Nueva York para obrar el milagro del arte.
Es el disco de la isla desierta, un manual de autoayuda y un potente afrodisiaco, un antídoto contra el tedio con propiedades sanadoras, una máquina del tiempo porque la vida – lo decía Miles Davis- debe vivirse hacia delante, pero solo puede entenderse hacia atrás.
Entre So What y Flamenco Sketches, la memorable aproximación de jazz y flamenco, Kind of Blue es equilibrado y sereno, de una belleza sencilla y compleja, melancólico y vital, con la trompeta de Miles Davis, el saxo alto de Cannonball Adderley, el piano de Bill Evans o el saxo tenor de John Coltrane, que ya tenía en la cabeza ese otro prodigio que se titula Giant steps.
Rodeado de misterio y de literatura, Kind of Blue no ha dejado de crecer como leyenda en este medio siglo. La historia posterior del jazz y su lenguaje musical son herederos de aquellas improvisaciones modales tocadas por la inspiración, el duende y el ángel de la música en dos sesiones tan irrepetibles como aquel grupo de músicos que se reunieron en la calle 30 de Nueva York para obrar el milagro del arte.
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