22 septiembre 2011

Actualidad de Pedro Salinas


En suma, el problema se reduce a esto: ¿es la Universidad un corredor, pasillo, galería, por uno de cuyos extremos se entra, y que tiene a los lados unos ventanillos, en los que se entregan al estudiante unos papelitos o créditos, canjeables luego al otro extremo, a la salida, por un diploma profesional? ¿O es un recinto salvado de la consideración primaria de lo material, en el cual se llama la atención al hombre sobre los valores superiores y desinteresados de la vida, y se le invita a servirlos, a adherirse a sus ideales? Abrigo la esperanza de que en este momento de desorientación y deriva mundial, de materialismo rampante, en la hora de la máxima borrasca de la historia, la Universidad de Puerto Rico, a la que me honro en servir con mi modesto trabajo, mantenga la luz en alto, para guiar a su pueblo por los mejores caminos.

Con esas líneas remataba Pedro Salinas una conferencia sobre su concepto de la universidad y sobre su función social. La dictó en su exilio en Puerto Rico y había permanecido inédita hasta ahora, en que aparece junto con otra conferencia, inédita también, de la misma época, titulada Defensa del estudiante.

Complementarias entre sí, las dos acaban de publicarse en Defensa del estudiante y de la universidad, un cuidado volumen que edita Renacimiento en su colección El Clavo Ardiendo.

La edición la ha preparado y prologado Natalia Vara Ferrero, que vincula estas dos conferencias con la preocupación humanística de Salinas:

"Defensa del estudiante y Conferencia sobre la universidad encarnan, junto con los textos de El defensor y diversas conferencias y artículos, una decidida reivindicación moral, pero también vital. En este caso, la institución universitaria, su función y los estudiantes que acuden a ella actúan como ejes principales de dos discursos marcados por un tono humorístico en el que no faltan pinceladas de la particular ironía saliniana."