02 septiembre 2011

Vila-Matas, ensayista



El azar reúne hoy en las librerías dos novedades de Enrique Vila-Matas: El viajero más lento (Seix Barral) y Una vida absolutamente maravillosa (Debolsillo), dos recopilaciones de ensayos y artículos que trazan un mapa completo del universo literario de Vila-Matas.

Casi veinte años después de su primera edición en 1992, reaparece El viajero más lento, un mosaico itinerante de textos que recorren ciudades como Berlín, expresan el fervor de Barcelona y son un homenaje a los autores que han confluido en su escritura, en sus afinidades y gustos de lector y en su mirada narrativa. Los cinco apartados en que se articula el libro son una inmejorable introducción al mundo personal y narrativo de Enrique Vila-Matas a través de una recopilación que toma su título de uno de sus textos más memorables, el dedicado a Valéry Larbaud.

Como novedad, tras los Escritos Shandys, Una furtiva lágrima y En el Chevrolet prestado, esta reedición incorpora dos textos inéditos: el epílogo titulado El arte de no terminar nada, que coherentemente con su título y su contenido, no cierra nada, porque tras él aparece otro apartado -No es obligado el punto final- con el espléndido Café Bénabou.

El otro volumen, Una vida absolutamente maravillosa, que edita Debolsillo en su Biblioteca Vila-Matas, es aún más recomendable. Es, como explica el editor en su nota introductoria, "una amplia y rigurosa antología cronológica de los artículos y ensayos publicados por Enrique Vila-Matas durante más de veinte años (...), una autobiografía literaria de Enrique Vila-Matas, un diario de lecturas y relecturas, además de un cuaderno de experimentación donde ensaya los tonos y formas que luego cristalizaron en su obra canónica."

Además de textos centrales y mayores en la obra de Vila-Matas, como Janelas Verdes' Dream, Un tapiz que se dispara en muchas direcciones o Escribir es dejar de ser escritor, se recogen en este generoso tomo los inéditos del Segundo dietario voluble y la totalidad de los artículos y semblanzas de escritores de Para acabar con los números redondos, que publicó Pre-Textos en 1997.

"Vila-Matas -avisa el editor en su nota-, como es bien sabido, ha llevado a cabo un genuino mestizaje en que el cuento, la novela, el ensayo, la conferencia y el aforismo abjuran de sus límites para explorar un territorio liminar y, al mismo tiempo, bien custodiado y reconocible."

A estos dos títulos se añade otra incorporación a la Biblioteca Vila-Matas: Lejos de Veracruz, una novela que se publicó en 1995 y empezaba de esta manera inconfundible:

No todo el mundo sabe que a Veracruz y a sus playas lejanas no pienso en la vida nunca volver. Fui feliz allí, el mes pasado, en noche de luna llena, en Los Portales, ni antes ni después de esa noche, en el último mes de julio de mi juventud. Pero no pienso en la vida nunca volver, pues sé muy bien que la nostalgia de un lugar sólo enriquece mientras se conserva como nostalgia, pero su recuperación significa la muerte.

Y casi en su desenlace se lee esto:

—Tuve una pesadilla —dije—. Mataba a Dios, que resultaba ser un pobre hombre, un chulo de Badajoz. En el momento de disparar contra él se le poblaron los ojos con millones de luceros y confesó haberse equivocado siempre conmigo. Me ha sorprendido descubrir que Dios era tan poca cosa.

¿Cómo resistirse a leer lo que hay en medio?