28 noviembre 2011

La velada en Benicarló


Es una de las fotografías de la última visita de Manuel Azaña a Alcalá de Henares, donde había nacido en 1880. Fue el 14 de noviembre de 1937. Tres días después, el 17 de noviembre, anotaba en sus memorias: “El pueblecito me parece más triste, más pobre, abandonado como nunca lo estuvo. En la plaza un jefe, con muy elegante uniforme, se me acerca, se cuadra, y derramándosele por la barba una sonrisa meliflua: Forman siete mil quinientos, dice. Era El Campesino.”

Antes de que pasaran tres años, el 3 de noviembre de 1940, Azaña moría en Montauban. El año anterior habían aparecido en París y en Buenos Aires dos ediciones de La velada en Benicarló, su testamento político, que acaba de publicar en una espléndida edición conmemorativa Reino de Cordelia, con prólogo de Isabelo Herreros y José Esteban y un espectacular epílogo gráfico de Vicente A. Serrano.