17 diciembre 2012

Simeón Estilita según Gibbon



Con una mirada tan contemporánea que se anticipa en dos siglos a Buñuel y su Simón del desierto, Gibbon escribe estas líneas demoledoras a propósito de la penitencia aérea que el sirio Simeón Estilita practicó en el siglo V como una gimnasia extravagante y peligrosa:

Este martirio voluntario tuvo que haber destruido gradualmente la sensibilidad de la mente y el cuerpo; no puede presumirse que los fanáticos que se atormentan sean capaces de sentir algún vivo afecto por el resto de la humanidad. Un temperamento cruel e insensible ha distinguido a los monjes de cualquier época o país: su dura indiferencia, que rara vez se ablanda con la amistad personal, se enardece por causa del odio religioso, y su celo despiadado se ha aplicado con firmeza al santo oficio de la Inquisición.

Es un texto del segundo tomo de su Decadencia y caída del Imperio Romano que acaba de publicar Atalanta con traducción de José Sánchez de León.

Por su ironía, su capacidad evocadora y su mirada crítica sobre el fanatismo religioso y los excesos del poder, este segundo tomo, centrado en la época medieval, es aún mejor que el primero.