23 noviembre 2016

Josep Pla. Notas para tres diarios



Es la imagen de la agenda de 1956 en la que Josep Pla fue recogiendo las notas que permanecieron inéditas hasta que hace dos años las publicó Destino en el volumen La vida lenta. Notas para tres diarios (1956, 1957 y 1964), con edición y prólogo de Xavier Pla y traducción de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera, que acaba de aparecer en Austral en formato de bolsillo.


Esta es la nota correspondiente al 1 de enero: “Esta noche, cuando volvía a casa (a las dos) a pie, con una tramontana fortísima en contra, pensaba que, a veces, la vida parece más larga que la eternidad. En la cama (glacial), leo los dos últimos números de Il Borghese, hasta las ocho. Me levanto a las cuatro de la tarde. Hace un día despejado, soleado y lívido —sin viento. ¡Año nuevo, vida nueva! Me paso lo que queda del día en casa, junto al fuego.”
La vejez, el insomnio, el frío -bajo cero a veces- en el interior de su masía, los problemas con la bebida y con la censura, el malestar ante la vida, el asco frente a la situación política se van repitiendo en la prosa afilada de estas anotaciones hechas en agendas extranjeras, con pluma de tinta azul o negra y sin tachaduras apenas.
Casi todas estas notas las escribió en la cama, en madrugadas insomnes, muchas veces después de volver de Palafrugell tras cenar y beber demasiado, en una repetida inversión de horarios que le lleva a acostarse cuando está bien avanzada la madrugada y a levantarse -si se levanta- por la tarde.
Con una característica mezcla de seriedad e ironía en la que combinaba el dato trivial y la reflexión transcendente, escribía el 7 de enero de 1956: “La decadencia es tan enorme que es ya imposible leer una nota necrológica decente. Ceno en Palafrugell. Montserrat Isern me manda un roscón grande. Hace frío.”
Y el día siguiente: “Ha hecho un día soleado. Despejado, suave: viento de garbino leve, pero el frío se alambica en el interior de las casas. Leo Razón y Fe, la revista de los jesuitas. Quizá no haya en el mundo una publicación que incite al sueño de una forma más compacta, con menos quebraderos de cabeza. Es un soporífero profundo, mejorado por la pedantería castellana. Vista Vida nova, de Montpellier. Muy buen artículo de Josep Trueta, de Oxford, sobre la ruling class. Excelente. (La revista es floja.) El mayor daño que ha hecho Franco es instaurar y fomentar, para mantenerse, la inmoralidad en España. Ceno en Palafrugell.” 
Tres dietarios que nunca se proyectaron como libro, aunque constituyen una especie de "taller de borradores" que luego aprovecharía en sus artículos, como señala Xavier Pla en su prólogo, y completan la imagen de un Josep Pla que está en ellos en estado puro para trazar un autorretrato involuntario pero definitivo que refleja su situación en unos años cruciales. Y lo más revelador, una frase que se repite con mucha frecuencia en estas anotaciones: “No hay nada que hacer.”