28 septiembre 2017

El pensamiento del corazón


“El pensamiento del corazón es el pensamiento de las imágenes, (...) el corazón es el asiento de la imaginación, (...) la imaginación es la auténtica voz del corazón, de modo que, si hablamos con el corazón, tenemos que hablar imaginativamente”, escribe James Hillman, psicólogo estadounidense, en el primero de los dos textos –el otro es Anima mundi: El retorno del alma al mundo- que Atalanta edita con el título de ese primer ensayo que antes fue una conferencia: El pensamiento del corazón, con traducción de Fernando Borrajo.
Una defensa del corazón como lugar de la imaginación y como ámbito de la belleza, que encuentra su forma de expresión a través de las imágenes. Y una visión del mundo vitalista que conecta con el neoplatonismo, con Plotino, Ibn Arabi y Marsilio Ficino en la reivindicación del pensamiento sensible, de la imaginación, la poesía y los sueños.
Frente a la racionalidad mecanicista del positivismo, la propuesta de Hillman es la de una imaginación cosmológica a través de la percepción sensorial, de la estética como disciplina de los sentidos.
Y la revelación de la esencia del alma y la belleza en la sonrisa de Afrodita, porque “todas las cosas, cuando despliegan su naturaleza innata, presentan el esplendor de Afrodita; su brillo las hace estéticas.”