Francisco Caro. El oficio del hombre que respira
Desde el ciprés
El sol cede y escribo.
Desde la mesa he visto
en tropel, diminutos,
acudir los gorriones
al árbol donde guardan,
cómplices del instante,
de la luz como rito,
el cansancio del día
no impide su canción.
Va la tarde al secreto
y yo mientras escribo.
Con el lápiz pretendo
dibujar en la hoja
donde crece el poema
el amparo, la forma,
la sombra del ciprés.
No deseo añadir
oscuro a las palabras
que acudieron, pequeñas,
para salvarme sino
que sepan del milagro,
que en el papel escuchen
un revuelo y un canto
como el que escucho yo.
Ese espléndido poema de Francisco Caro forma parte de El oficio del hombre que respira, Premio González de Lama 2017, que publica Eolas Ediciones.
Poesía de la meditación y de la mirada en la que conviven la elegía y la celebración, la memoria y la naturaleza, el paisaje exterior y las galerías del alma, el amor y el paso del tiempo encauzados en la palabra cercana y medida del poeta, en versos en los que vibra siempre el temblor de una emoción verdadera.
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