Poemas de María Zambrano
Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá? Más allá, ¿no recuerdas?, sólo la nada,
la nada, óyelo bien, mi alma,
duérmete, aduérmete en la nada.
Si pudiera, pero hundirme...
Así comienza El delirio del incrédulo, uno de los cincuenta poemas de María Zambrano que ha seleccionado de sus obras completas Javier Sánchez Menéndez para agruparlos en el volumen Poemas que publica La Isla de Siltolá, con la intención -afirma el editor en su prólogo- de “acercar los poemas, los delirios, los textos de María Zambrano, al lector habitual de poesía o de filosofía. El lector de la obra de la pensadora encontrará en estos textos un auténtico complemento a todos sus planteamientos e intenciones.”
En un anexo se incluye La palabra, el texto en el que la autora de Claros del bosque comenta los lugares de la palabra en esa obra a la luz de su concepción de la razón poética, con la que acercó decisivamente poesía y pensamiento y poetizó la filosofía cuando comprendió que la aurora de la palabra es la noche del sentido, como escribió en uno de estos poemas María Zambrano, de cuyo proyecto intelectual dice Sánchez Menéndez que “su intento de fusionar filosofía y poesía y de ‘enquiciar’ con ello a la razón no deja de parecerle a ella misma francamente improbable, aunque sea lo único que merece la pena de un pensar radical y que busca la verdad.”
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