09 enero 2019

Javier Barreiro. Alcohol y Literatura


Entre los escribientes latrolítricos, los ejemplos, las facecias y las demasías son innumerables y este libro dará buena cuenta de ello. Antes de que me pongan el grito en el cielo, advierto ya que aparecen menos orientales que occidentales y menos mujeres que hombres. Es cierto que, según algunos, los chinos inventaron la destilación, que otros atribuyen a los árabes; es, asimismo, cierto que ellas cogen unas pítimas que da susto pero lamento comunicar que también es aproximadamente cierto que hembras y orientales tienen menos eficiencia en una de las enzimas –conocida técnicamente como ADH– que ayudan a procesar el alcohol en el hígado, con lo que habitualmente las cogen antes y no pueden competir con igual- dad en este terreno, aunque no falten escritoras borrachas que ocuparán su sitial con todos los honores.
En cada localidad europea, desde las minúsculas aldeas hasta las grandes urbes, la bebida, la exaltación de la embriaguez, las historias cómicas de borrachos, la vinculación de fiesta, alegría y vino han formado parte de la vida cotidiana, de la tradición, de la forma de vida de la gente. A los evidentes aspectos siniestros del alcoholismo se opone toda la cultura de la diversión, la transgresión, la juerga, las canciones báquicas, el carnaval... Las admoniciones contra el alcohol no han conseguido nunca desterrarlo. La borrachera es uno de los pocos ritos de iniciación juvenil que se conservan y hoy –para bien y/o para mal– las culturas occidentales han incluido también al sexo femenino.

Javier Barreiro.
Alcohol y Literatura.
Menoscuarto. Palencia, 2017