Javier Barreiro. Alcohol y Literatura
Entre los escribientes
latrolítricos, los ejemplos, las facecias y
las demasías son innumerables y este libro dará buena cuenta de ello. Antes
de que me pongan el grito en el cielo, advierto ya que aparecen menos
orientales que occidentales y menos mujeres que hombres. Es cierto que, según
algunos, los chinos inventaron la destilación, que otros atribuyen a los
árabes; es, asimismo, cierto que ellas cogen unas pítimas que da susto pero
lamento comunicar que también es aproximadamente cierto que hembras y
orientales tienen menos eficiencia en una de las enzimas –conocida
técnicamente como ADH– que ayudan a procesar el alcohol en el hígado, con lo
que habitualmente las cogen antes y no pueden competir con igual- dad en este
terreno, aunque no falten escritoras borrachas que ocuparán su sitial con
todos los honores.
En cada
localidad europea, desde las minúsculas aldeas hasta las grandes urbes, la
bebida, la exaltación de la embriaguez, las historias cómicas de borrachos,
la vinculación de fiesta, alegría y vino han formado parte de la vida
cotidiana, de la tradición, de la forma de vida de la gente. A los evidentes
aspectos siniestros del alcoholismo se opone toda la cultura de la diversión, la
transgresión, la juerga, las canciones báquicas, el carnaval... Las
admoniciones contra el alcohol no han conseguido nunca desterrarlo. La
borrachera es uno de los pocos ritos de iniciación juvenil que se conservan y
hoy –para bien y/o para mal– las culturas occidentales han incluido también al
sexo femenino.
Javier Barreiro.
Alcohol y Literatura.
Menoscuarto. Palencia, 2017
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