26 mayo 2023

Proust. La parte de Guermantes

 



En un admirable y sostenido esfuerzo editorial, El Paseo prosigue la publicación de A la busca del tiempo perdido, con el tomo tercero, La parte de Guermantes, que acaba de llegar a las librerías.
 
Una cuidada edición con traducción revisada, anotada y puesta al día, de Mauro Armiño, que escribe al comienzo del prólogo: “La celebración del centenario de la muerte de Marcel Proust (18 de noviembre de 1922) casi obligaba a una revisión y puesta al día de un trabajo iniciado hace más de treinta años y publicado en los primeros años del siglo XXI. El cúmulo de ensayos, ediciones, diccionarios, etc. sobre Proust que la filología francesa ha difundido mientras tanto puede calificarse de ingente, por haberse convertido el autor de A la busca del tiempo perdido en el icono francés de la historia de la literatura de su siglo.
[…]
He revisado en profundidad el texto y he puesto al día, de acuerdo con los trabajos filológicos más recientes, la anotación, imprescindible para una lectura correcta de la obra proustiana: más de cien años después de su escritura, personajes y hechos históricos o no históricos, perfectamente conocidos para los lectores de la época, se han desvanecido en la mente de un lector actual, y más si no es francés, por el inexorable trabajo del tiempo. Es obligado en los autores clásicos, y Proust ya lo es.”

Organizada en dos secciones, La parte de Guermantes, tercera entrega del ciclo proustiano, es la más larga y está marcada por el fin de la adolescencia del narrador protagonista con el telón de fondo de los ambientes aristocráticos y de la alta burguesía, ridiculizados y sometidos a la mirada crítica y al sarcasmo lúcido de un Proust distante y casi feroz a veces, cada vez más dueño de su mundo literario. Un Proust que constataba el desmoronamiento de aquel mundo encarnado en personajes como la duquesa de Guermantes, Saint-Loup o Swann.

La aristocracia de los Guermantes y el viaje a Doncières, el faubourg Saint-Germain y el caso Dreyfuss, los amores imposibles, las visitas de Albertine y un Swann terminal, los salones refinados de Mme. de Villeparisis o la princesa de Parma y la amenaza de la muerte, el esplendor y la decadencia de la clase alta, la enfermedad y muerte de la abuela, el amor silencioso y las vidas anodinas, el barón de Charlus y el admirado escritor Bergotte, el ingenio mundano, la frivolidad y las lenguas afiladas, la inteligencia social y el paso del tiempo son algunas de las presencias que flotan sobre este tercer volumen, que se cierra con esta escena, en la que el duque de Guermantes despide a un Swann que está al borde de la muerte: 

Al Duque no le preocupaba nada hablar de los achaques de su mujer y de los suyos propios a un moribundo, porque los primeros, interesándole más, le parecían más importantes. Por eso, fue solo por buena educación y por campechanía por lo que, después de habernos acompañado amablemente hasta la puerta, le gritó a Swann, que ya estaba en el patio, para el foro y con voz estentórea: 
«Y usted no se deje impresionar con estas tonterías de los médicos, ¡qué diablo! Son unos asnos. Está usted tan firme como el Pont Neuf. ¡Nos enterrará a todos!

Las anotaciones iluminadoras, los orientadores resúmenes y los diccionarios de personajes y lugares facilitan notablemente la lectura, como la indiscutible calidad de la traducción revisada y actualizada de Mauro Armiño y de esta cuidada y manejable edición de El Paseo Editorial.