25 mayo 2023

Canetti. Sobre Kafka

 



“Todo cuanto sé sobre Kafka me encanta y me inquieta al mismo tiempo. Me encanta su superioridad, que es irrebatible; carece realmente de cualquier vanidad de escritor, nunca se envanece, no puede envanecerse. Se ve pequeño y avanza a pasos cortos. Dondequiera que pone el pie, advierte la inseguridad del suelo. No nos sostiene, mientras estamos con él nada nos sostiene. Y así renuncia él al engaño y a los artificios de los escritores. El brillo de estos, que él percibía perfectamente, ha desaparecido de sus propias palabras. Con él tenemos que avanzar a pasos cortos y nos volvemos modestos. No hay nada en la más reciente literatura que nos vuelva tan modestos. Él reduce la ampulosidad de cualquier vida. Mientras lo leemos, nos volvemos buenos, pero sin enorgullecernos de ello”, anotaba Elias Canetti el 25 de junio de 1947.

Esas líneas se recogen en el capítulo inicial (‘Apuntes de los años 1946-1966’) de Sobre Kafka, el volumen en que Galaxia Gutenberg reúne, además del esencial El otro proceso (1968), los apuntes inéditos preparatorios de ese ensayo de Canetti, con traducción de Adan Kovacsics y Juan José del Solar.

Abre la edición un prólogo (‘El Kafka de Canetti’) en el que Susanne Lüdemann, responsable de la edición alemana junto con Kristian Wachinger, señala que “los propios cuadernos de Canetti sobre Kafka documentan o escenifican justamente esta inseparabilidad de los procesos literarios y biográficos, en cuanto constituyen un intento de proyectar en sí mismo el proceso de autoconocimiento de Kafka y liberar de este modo sus propios procesos creativos.”

En 1955 Felice Bauer vendió la correspondencia con Kafka en un gesto no siempre bien comprendido, pero que contribuyó a iluminar una parte fundamental de la biografía de Kafka cuando se publicaron en 1967 por primera vez las cartas a Felice. 

Sólo un año más tarde, apareció El otro proceso. Las cartas de Kafka a Felice, un ensayo de Elias Canetti que, más de medio siglo después, sigue siendo no sólo la mejor aproximación que se ha escrito sobre las cartas a Felice: es además una honda indagación que va más allá de ese material epistolar y lo conecta con el universo literario kafkiano.

Organizado en dos partes, el ensayo de Elias Canetti toma como eje el momento crítico de la ruptura del compromiso matrimonial entre Kafka y Felice en julio de 1914. 

En la primera parte, en la que aborda la mayor parte de la correspondencia, que a partir de entonces se fue espaciando, Canetti destaca que Kafka buscaba en Felice “una seguridad a la distancia, una fuente de energía lo suficientemente lejana como para no perturbar su sensibilidad, una mujer que estuviera a su disposición sin esperar de él más que sus palabras, una especie de transformador cuyos posibles fallos técnicos él conocía y dominaba al punto de poder repararlos en el acto a través de una carta.”

Así resume Canetti el significado de este conjunto epistolar al que denomina “diario ampliado”: 

No hay informe alguno de un hombre perennemente titubeante que pueda compararse, ni personalidad que se haya desnudado tan íntegramente. A un ser humano primitivo, esta correspondencia podría resultarle ilegible: vería en ella la exhibición impúdica de una impotencia espiritual. Pues todo lo que la caracteriza reaparece siempre en dichas cartas: indecisión, timidez, frialdad de sentimientos, minuciosidad en la descripción de la falta de amor y un desvalimiento de tales proporciones que sólo resulta creíble por el detallismo extremo con que es descrito. No obstante, todo es formulado de manera tal que enseguida se convierta en ley y conocimiento.

La segunda parte, además de seguir la peripecia sentimental posterior a la ruptura, la conecta con su transfiguración literaria en El proceso, escrito en esos meses. Porque esa es la mejor aportación del ensayo de Canetti sobre las cartas a Felice: su capacidad para conectar esa escritura aparentemente privada e íntima con el conjunto de la obra narrativa de Kafka:

Hay escritores, aunque realmente muy pocos, que son hasta tal punto ellos mismos que cualquier observación que aventuremos sobre su persona puede parecernos una barbaridad. Franz Kafka era uno de esos escritores; y en consecuencia, aun a riesgo de parecer poco independientes, tenemos que atenernos al máximo a sus propias declaraciones. Cierto es que sentimos vergüenza a medida que nos adentramos en la intimidad de estas cartas. Pero son ellas mismas las que luego se encargan de quitárnosla. Pues al leerlas descubrimos que un relato como La transformación es aún mucho más íntimo, y logramos ver por fin en qué se diferencia de cualquier otro relato.

Además de simples notas de lectura, estos apuntes de Canetti en sus cuadernos constituyen un torbellino de ideas, un laboratorio de experiencias y escritura, de la que surgió El otro proceso, en donde Canetti proyectó su propio mundo literario y personal, hasta el punto de que en ese ensayo se desdibujan las fronteras entre Canetti y Kafka, entre la intimidad del sujeto que escribe y la del objeto de su escritura, un Kafka al que Canetti definió como “el escritor que más puramente ha expresado nuestro siglo y al que, por lo tanto, considero como su manifestación más esencial.”

Por eso, en la nota a esta edición española, Ignacio Echevarría destaca que “el presente libro no sólo vuelca nuevas luces sobre Kafka: las vuelca también sobre la personalidad y la obra del propio Canetti,  y lo hace en medida muy superior a la esperable.”

Y aanque su núcleo sea El otro proceso, la gran aportación de este volumen, que incorpora un extenso aparato de notas y un útil índice de nombres y de obras de Kafka citadas, son los materiales inéditos que completan todo lo que Canetti escribió sobre Kafka, a los que se añaden dos apéndices: una conferencia de  1948 sobre Proust, Kafka y Joyce y el discurso Hebel y Kafka, que Canetti leyó el 10 mayo de 1980 con motivo de la concesión del Premio Johann Peter Hebel.

Casi medio siglo, entre 1946 y 1994, transcurre entre el primero y el último de estos apuntes, la mayoría de los cuales no se habían publicado hasta ahora. Esa continuidad entre las anotaciones anteriores a El otro proceso y las posteriores habla muy claramente de la presencia decisiva y conflictiva de Kafka en la obra de Canetti, que, como afirma Susanne Lüdemann, oscilará entre la identificación y el rechazo de su modelo, que puede llegar hasta el parricidio simbólico.”