27 marzo 2025

Inventario medieval

  




“Para orientarnos en un Medievo frecuentemente invisible a primera vista, pese a que atraviesa con un entramado de líneas muy finas toda nuestra historia, hay que sumergirse en el pasado, descender a su espacio subterráneo y seguir los recorridos formados por historias, personajes y lugares que dibujan itinerarios fundamentales y desenredan el «largo hilo de Ariadna» a través de aquella época y aún más allá. El resultado es un viaje inusual y tal vez sorprendente para un lector curioso y capaz de orientarse”, escribe Glauco Maria Cantarella, prestigioso medievalista italiano, en el Preámbulo de su Inventario medieval: Itinerarios, historias y protagonistas, que publica El libro de bolsillo de Alianza editorial con traducción de Pepa Linares.

Construido como un breve pero luminoso diccionario de conceptos y hechos históricos, de personajes y lugares, este Inventario medieval es un prontuario preciso, riguroso y certero que traza con agilidad narrativa y cercanía un completo panorama para orientarse en la Edad Media, una época a menudo oscurecida por sus propias sombras, que fueron muchas, y por las sombras añadidas que le atribuyeron, a veces injustamente, los humanistas del Renacimiento, que quisieron afirmarse con el trazado de un muro cultural que no existía.

Y sin embargo, gran parte de las raíces de la civilización occidental se desarrollaron y extendieron en el subsuelo de una Edad Media que vio surgir las ciudades y canalizó algunas de las líneas maestras del pensamiento europeo. El esfuerzo y la empresa de Cantarella se encaminan a explorar y describir ese entramado  casi invisible y a menudo subterráneo que vincula la época medieval con el presente, porque  “es un proceso histórico todavía poco conocido, muchas veces solo el espejo deformante de nuestro presente.”

Con esa perspectiva, Cantarella aborda en este Inventario medieval hechos y datos fundamentales, como los inseguros límites cronológicos de la Edad Media en torno a las dos capitales imperiales -entre la caída de Roma y del Imperio romano de Occidente, que pone fin al mundo antiguo en 476, y la caída de Constantinopla y del Imperio romano de Oriente, que cierra la Edad Media en 1453-, la importancia de Roma como capital de referencia, como nudo principal al que conducen todos los caminos y como centro apostólico de la cristiandad entre el Vaticano y el Laterano. Una Roma “vacía y verde” que “fue el punto de partida y el punto de llegada de los imperios: de Octaviano Augusto a Constantino el Grande y de Carlomagno a Carlos V”:

Roma, la continuidad o la perpetuidad histórica. Roma, diana de todas las yihads de todos los tiempos y maravilla ensalzada por las fuentes árabes. Roma, signo de contradicción. Roma, centro de todas las contradicciones. Roma, torbellino de las contradicciones. Roma, el lugar físico, ideal y mental al que todo tiende, en el que todo se concentra, se dilata y explota, se confunde, se anula, se recupera, nace, muere y vuelve a nacer, regresa cambiado y siempre igual a sí mismo. Roma, la Urbe, la Ciudad, la Única. La Eterna.

En sus nueve capítulos temáticos, estas páginas iluminadoras acercan a la mirada del lector actual una serie de líneas y trayectos que se entrecruzan y muestran la riqueza y la complejidad del periodo medieval: los mundos de la oración y el monacato benedictino, Cluny y la aristocracia de la oración, los territorios de ultramar como objetos del deseo, las peregrinaciones a Roma, a Compostela y a Jerusalén, los cruzados y los templarios, la vida urbana y el mundo laico, la cultura cortesana y refinada de la caballería y el amor cortés, el renacimiento cultural temprano del siglo XII, la formación de los reinos medievales, las cortes y los príncipes, el papel de la mujer y el matrimonio, las guerras, los herejes y la Inquisición, la fundación de las órdenes mendicantes y los conflictos intelectuales y hegemónicos entre franciscanos y dominicos.

Cruzan estas páginas personajes como Gregorio VII y Pedro el Venerable, Pedro Abelardo y Bernardo de Claraval, Chaucer y Rodolfo el Calvo, el infante Don Juan Manuel y Godofredo de Bouillon, que son reflejos significativos de aquella compleja época medieval, de mundos ocultos en un largo milenio distante en el tiempo y cercano en lo humano.

Cantarella abre así las puertas para emprender un itinerario -a veces secuencial, a veces reticular- que recorre distintos caminos y explora el territorio geográfico, histórico y cultural del Medievo para constatar que “la Edad Media es una época extraña: no se sabe cuándo comenzó ni tampoco cuándo acabó. Es también un espacio de fronteras lábiles, invisibles, una realidad lejana a nosotros, aunque se pueda pensar que la tenemos diariamente a nuestro alrededor; una realidad subterránea, un tiempo-espacio sumergido que aflora cuando se evoca, se le hacen preguntas, se investiga.”