10 septiembre 2024

Idea Vilariño. Poesía completa

 


09 septiembre 2024

Wildeana

 


Cualquiera puede simpatizar con las desgracias de un amigo pero se necesita una naturaleza muy delicada para soportar sus éxitos,

Oscar Wilde



08 septiembre 2024

Con Antonio Hernández, in memoriam

 







Testamento

Que no me coma la envidia,
la peor enfermedad;
que no sepa de venganza
ni aun cumpliéndose en justicia;
que guardián no sea el odio
de una apagada alegría;
que el rencor no me empobrezca
a la hora del balance.
Y que todo sea así
no para ganarme el Cielo
sino por que vuele en paz
mi ceniza en el olvido.

Adiós en Arcos

Si no lo expliqué bien, vuelvo a decirlo.
Cuando me muera quiero que me quemen
y arrojen mis cenizas por la Peña de Arcos.
De esa manera iré a parar al río
donde bañé mi infancia y juventud
purificándolas de mis muchos errores.
Algún vencejo o algún alcaraván
me acogerá en sus alas. Incluso algún jilguero
o un dulce chamariz al picar en las frutas
del Llano de las Huertas
añadirá a su canto algún secreto mío,
su inédita sustancia. Y será el canto suave
al que apenas la vida me dio opción.
Nada de preces, nada de misereres.
Quiero que se haga todo con discreta ternura.
Y si alguien no quiere reprimir un sollozo
que piense cómo todo, hasta la primavera,
contiene su naufragio, y que tendré la suerte
del aire que se integra en la belleza de Arcos
con naturalidad, anónimo. Y eterno.



07 septiembre 2024

El rey arqueólogo


Nuestra historia de Pompeya comienza el 6 de octubre de 1759 en el puerto de Nápoles. Aquel día se percibía un ambiente distinto. Las embarcaciones de pescadores y comerciantes habían dejado paso a grandes navíos y buques, que ahora ocupaban gran parte del golfo, y la zona del puerto estaba abarrotada de gente y más concurrida de lo habitual, con personalidades conocidas en toda la región. Entre ellas estaba el rey Carlos de Borbón. Acababa de promulgarse la pragmática sanción por la que Nápoles se separaba oficialmente del reino de España, y Carlos había abdicado en su hijo Fernando, de ocho años, que se convirtió en su sucesor como soberano del Reino de Nápoles. Carlos de Borbón, que había heredado el trono español, estaba a punto de viajar a la península ibérica. El ambiente ceremonial que se respiraba en cada rincón del puerto parecía anunciar la época de cambios que se avecinaba. Durante los veinticinco años que Carlos había sido rey de Nápoles se había producido una auténtica revolución cultural. Había logrado pasar a la posteridad como el monarca que convirtió la leyenda en historia. Bajo su patrocinio, y como nunca hasta entonces, se había rescatado el pasado romano sobre el que se asentaba Occidente. Él fue quien inició las excavaciones sistemáticas de las míticas ciudades romanas sepultadas por el Vesubio más de mil años atrás, ganándose el título de «rey arqueólogo». Muchas eran las sensaciones que se respiraban en aquel abarrotado puerto de Nápoles: la nostalgia y la incertidumbre se fundían con la tranquilidad y la fascinación por la buena imagen que transmitía el rey arqueólogo. En sus manos estaba la historia de los fantásticos descubrimientos sobre el mundo romano en la que nos sumergiremos en este libro.

Rubén Montoya
Pompeya. 
Una ciudad romana en 100 objetos.
Crítica. Barcelona, 2024.



06 septiembre 2024

La estatua más viva de Roma




Tiene su gracia que a la estatua más viva de Roma le falten los brazos, las piernas y la cabeza. Tal es la impresión que traslada a uno el Torso del Belvedere: la de querer saltar desde el plinto, echar a correr, apartar con los muñones al gentío y declamar, con ayuda de su musculado abdomen, un parlamento desde el balcón de San Pedro. La fuerza, la violencia incluso, atrapada en ese trozo de mármol no le pasó inadvertida a Miguel Ángel, que lo cita en el cuerpo de Jesucristo redentor de El juicio final en la capilla Sixtina. Sé que Rilke ante el torso de un Apolo en el Louvre escuchó un susurro divino: «Has de cambiar tu vida». De manera más prosaica, yo veo bordarse en el aire estas palabras: “Pierde seis kilos: escribirás mejor.”


Juan Claudio de Ramón.
Roma desordenada.
La ciudad y lo demás.
Siruela. Madrid, 2022.


05 septiembre 2024

Harold Bloom. Genios

 


04 septiembre 2024

Un “intelectual” orgánico




El autor de este artículo nauseabundo, profesor en la muy desprestigiada Complutense (Pablo Iglesias, Begoña Gómez, etc.) y columnista en el muy desprestigiado El País, es uno de los referentes intelectuales de la izquierda española actual. 
Su asunción de los privilegios y las desigualdades de la ordinalidad fiscal (que reciban más los que más tienen) la podría haber firmado un defensor del ultraliberalismo más salvaje. 
La perpetra con oportunismo vomitivo y absoluta falta de principios políticos este intelectual orgánico al servicio del aparato de propaganda sanchista. El también despreciable Goebels, otro propagandista de la mentira del poder, por lo menos era coherente. Nivel moral: ameba.


03 septiembre 2024

Paisajes del Romanticismo musical, un monumento



 Nada de lo que ha sido apuntado en estas páginas puede sustituir a la experiencia personal e intransferible de la escucha, a la emoción, el placer y el asombro causados por la intimación directa y sin mediaciones con el misterio irreductible de la obra musical. Goce, conocimiento y misterio constituyen aspectos inseparables en la obra artística. Al final de nuestro viaje, y como nos advertía Alfred Brendel, probablemente se nos revele vano el empeño de descubrir el velo del orden del que nos habla Novalis, revelando la verdad del caos que resplandece con luz trémula a través de la formalización artística, fuente de toda energía creadora, y de poder así vislumbrar y acceder al corazón recóndito y finalmente inaccesible de la obra de arte, pero confiamos que el esfuerzo en ello invertido y los resultados que de ello puedan derivarse, resulten tan gratificantes para el lector como lo han sido antes para el autor. Ojalá que después de recorrer los maravillosos paisajes musicales a los que alude el título de nuestro libro pudiéramos hacer nuestras, aunque solo fuera en una medida muy humilde, las palabras elegidas por Paul Klee para su propio epitafio: «Algo más cerca del corazón de la creación que lo habitual. Y aún no, ni de lejos, lo bastante cerca».

Benet Casablancas
Paisajes del Romanticismo musical.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2020.


02 septiembre 2024

Proust. Sobre la lectura

 




01 septiembre 2024

Vidas de Pitágoras

 


31 agosto 2024

Casanova según Zweig




Se cuenta a sí mismo su vida —ése es todo su mérito literario—, pero, a decir verdad, ¡qué vida la suya! Cinco novelas, veinte comedias, un sinnúmero de novelas cortas y episodios, un rebosante racimo de situaciones y anécdotas encantadoras, todo eso encerrado en una sola existencia fluida y desbordante. Aparece entonces una vida en sí misma plena y rica como una obra de arte perfecta que no ha contado con el auxilio ordenador del artista o el creador.
Y es en ello donde se revela del modo más convincente el desconcertante misterio de su fama, porque no es la manera de describir y relatar su vida la que revela a Casanova como un genio, sino la forma en la que la ha vivido. Lo que otros tienen que inventarse, él lo experimenta mientras respira; lo que otros crean con su intelecto, él lo hace con su cuerpo cálido y voluptuoso. Es por eso que aquí la pluma y la imaginación no necesitan adornar a posteriori la realidad con sus trazos: basta con que sean el soporte de una existencia configurada de un modo dramático. Ningún poeta de su tiempo ha inventado tantas variaciones y situaciones como las vividas por Casanova, y mucho menos existe una biografía real que describa tantas curvas pronunciadas a lo largo de todo un siglo. Si intentáramos comparar con la suya, en el mero cúmulo de acontecimientos (no en la sustancia espiritual ni en la profundidad del entendimiento) la biografía de Goethe, por ejemplo, o la de Jean-Jacques Rousseau y otros contemporáneos, veríamos cuán pobres son estas últimas en diversidad, cuán restringidas por el espacio o cuán provincianas en la esfera social nos parecen esas biografías conscientes y dominadas por la voluntad creadora frente a esta otra biografía tumultuosa y elemental del aventurero, que cambia países, ciudades y clases, oficios, universos y mujeres, como quien se cambia de ropa; los primeros nos parecen unos diletantes en cuestiones de goce, del mismo modo que éste nos parecía un diletante en la creación. Porque es ésa, y no otra, la eterna tragedia del hombre de espíritu: que él, justamente él, llamado a conocer y a añorar toda la plenitud y la voluptuosidad de la existencia, permanece atado, sin embargo, a su misión, esclavo de su oficio, prisionero de deberes que él mismo se ha impuesto, encadenado al orden y a la tierra. Cualquier artista verdadero vive la mayor parte de su existencia en soledad y en una doble lucha con su creación; el hombre no creativo, en cambio, puede vivir entregado del todo a la realidad inmediata, de forma libre y disipada, puede ser el sibarita que vive la vida por el mero hecho de vivirla.

Stefan Zweig.
Tres poetas de sus vidas:
Casanova, Stendhal, Tolstói.
Traducción de José Aníbal Campos.
BackList. Barcelona, 2008.


30 agosto 2024

Alejandra Pizarnik. Poesía completa

 


29 agosto 2024

Goethe. La metamorfosis de las plantas

 


28 agosto 2024

Un brindis a la sombra






 
Como un brindis a la sombra, en el aniversario de la muerte de Manolete en Linares, dejo aquí uno de los dos poemas míos que figuran en la selección de poesía taurina La geometría y el ensueño, que Carlos Marzal preparó hace diez años para la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara.
Este ‘Campo de escarcha’, que apareció en la revista Tercio de quites en el cincuentenario de la muerte del torero cordobés, y luego en el volumen Manolete para siempre. Antología de poetas mejicanos y españoles, quiere alejarse de la grandilocuencia funeraria que Marzal percibe como uno de los riesgos literarios de este tipo de poesía:

CAMPO DE ESCARCHA
                                   “Se le vio caminar entre fusiles.”
                                                                    (Antonio Machado)
A él también se le vio caminar entre cuatro
banderilleros tristes de olivares y noche,
por la vereda turbia que conduce a la muerte
entre charcos de sangre y luz de escalofrío
que la noche de agosto, ya en silencio, desbasta.

Porque el cuerno afilado del destino aguardaba 
en la esquina del mundo, donde se llega siempre
despacio, como llega, inexorable y clara, 
la hora de los clarines y el grito de la gente  
y el perfil ya borroso del peón de confianza
que mete el puño sucio en la cueva profunda 
de la herida y ya todo
es dulce y frío y sube por las venas del muslo,
sobre el hule manchado por otras sangres viejas.

-David, ¿dónde está el toro? Pelu, ¡cómo me duele
esta tarde la pierna!  
No veo, don Luis. Pinturas, échame otro capote 
encima, que la noche
está fría en este campo 
de escarcha de la muerte.

27 agosto 2024

Bilingüismo enriquecedor

 


Ricardo Molina. Corimbo. Elegía de Medina Azahara