Cuando se cumple el centenario de publicación de los Cuentos
de la selva de Horacio Quiroga, Nórdica publica una bellísima edición ilustrada
por Antonio Santos, autor de varios dioramas como estos:
Antonio Santos ha elaborado también el prólogo de esta
edición, en donde escribe:
“Quiroga, que poseyó una chacra de casi doscientas
hectáreas en la provincia de
Misiones, se enamoró de estas selvas y en muchos de sus cuentos hablan los
animales que las habitan. El tapir, el aguatí, el jaguar, el puma, el
carpincho, el oso hormiguero, el manatí y pájaros de plumaje, que ni nuestros
sueños más alucinados hubieran podido imaginar, son los protagonistas de
historias donde la naturaleza se revuelve y lucha por no perder sus derechos. Y
vence en muchas ocasiones.
(...)
Dicen que a veces, algunas noches, en su querida Misiones,
se escucha el eco de su voz entre la vegetación movida por el viento. Para
oírle, hay que cerrar los ojos y respirar profundamente, como cuando olemos un
cuerpo cálido que, plácidamente, duerme a nuestro lado.”