He tenido la suerte de ver mi vida perfectamente definida por los otros: los peores me odian, los medianos me tantean, alternan, los mejores me quieren.
Para mí hubiera sido una tristeza muy grande ser estimado por los medianos y los peores. Querido de los mejores, ¿qué mayor privilejio podría yo desear?
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Es curiosa la actitud del crítico, que siempre piensa que el poeta es el que se equivoca y no él, que es oscuro el que está criticando y no lerdo el que critica.
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Ascetismo espiritual; hijiene, limpieza, libros y flores; nada de lujo superfluo; la decoración debe dejarse a la naturaleza. Me agradaría vivir en una casa muy pequeña en el fondo de un jardín muy grande. Por las ventanas abiertas, el azul, una puesta de sol, la vida verdadera, solitaria y silenciosa. ¡Silenciosa de hombres! Y que la estancia se haga jardín y ocaso y eternidad.
Juan Ramón Jiménez.
Aforismos e ideas líricas.
Edición de José Luis Morante.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2018.