Esa vorágine en carne viva, frenética, febril,
más anhelada cuanto más prohibida,
que se crece, que se extiende, que se expande,
que se hace espesa e inconmensurable.
Así es este deseo aciago de quererte y no tenerte,
escribe Isabel Alamar en El deseo, uno de los textos más significativos de A la intemperie de tu boca, que publica Playa de Ákaba.
Entre la carnalidad y la emoción, un libro celebratorio y apasionado en el que -afirma Alfonso López Gradolí en el prólogo- “no hay tono elegiaco ni tristeza contenida ni nostalgia difuminada ni melancolía ni vagarosidad, hay pasión contundente, naturalidad e indagación porque lo que no emociona o no es suficientemente fresco u original es desechado y no tiene cabida en esta obra.”