El único camino para estar con los otros de verdad era estar separado de los otros, imponer tercamente a sí y a los otros esa incómoda singularidad y soledad en todas las horas y en todos los momentos de su vida, como es la vocación del poeta, del explorador, del revolucionario.
Italo Calvino.
Prólogo a Nuestros antepasados.
Traducción de Esther Benítez.
Siruela. Madrid, 2019.