Cuando un maleante, un deficiente, un canalla nos difama o nos calumnia, ¿qué solución podemos encontrar?
¿La pelea animal a la española, o el desacreditado duelo social? Venza el difamador o el difamado ¿cambiará en nada la condición de cada uno?
Los tribunales públicos. Hay jueces dignos y jueces indignos. El difamante buscará y pagará a un indigno. Todo será pérdida de tiempo, de dinero y de paciencia. Y todo quedará al fin peor que antes.
Al calumniado no le queda más que un recurso posible: alejarse. Y esperar el juicio de la investigación particular. Si a alguien le importa hacerlo, que suele no importarle.
Entonces sólo tenemos una solución: Alejarnos… de todos. Por eso yo soy un alejado.
Juan Ramón Jiménez.
“Respuesta jeneral"
En Guerra en España.
Prosa y verso (1936-1954).
Point de Lunettes. Granada, 2009.